Jardín de los Encuentros
PROYECTO QUE RESULTÓ GANADOR EN OCTUBRE DE 2019 DEL CONCURSO “IDEA RAÍZ”. ESTE CONCURSO FUE ORGANIZADO EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÓN DE LOS 175° ANIVERSARIO DEL HOSPITAL BRITÁNICO, PARA PONER EN VALOR LOS ESPACIOS VERDES DE LA SEDE CENTRAL, SITUADA EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.
La propuesta incorpora el concepto de jardín terapéutico con el fin de recrear un entorno humanizado, incorporando las necesidades, físicas, psicológicas, sociales y espirituales que favorezcan la recuperación del enfermo y el bienestar de los usuarios en su conjunto.
Su diseño favorece la puesta en valor de elementos significativos del jardín: como la tipa (Tipuana tipu), el aguaribay (Schinus areira), el cedro, el roble y el reloj de sol.
Morfológicamente se advierten dos espacios diferenciados: un jardín amplio verde horizontal con cuatro árboles puntuales y un espacio fuertemente enmarcado por el contorno del hospital vertical, agudizado por el núcleo de ascensores y la tipa (Tipuana tipu).
Ambos espacios quedarán unificados por un solado de idéntica materialidad que irá variando su direccionalidad, dimensión y forma según la función a cumplir: sendero, circulación pública, técnica, etc.
Pulmón verde excelentemente conservado por la institución, establece un contrapunto adecuado con la superficie construida del hospital. Dicho espacio abierto, útil para funciones de recepción mantiene sus dimensiones.
Se interviene en forma perimetral creando un paseo terapéutico a través de dos caminos que se entrelazan (lazos de confraternidad entre la colectividad inglesa y argentina).
Lazos que entretejen nuestra identidad, con plantas autóctonas en convivencia con las suaves curvas que representan el reconocido estilo del jardín inglés.
Las especies seleccionadas en su mayoría autóctonas acompañan este criterio de unión, sumando un valor agregado relacionado con los conceptos de sustentabilidad, biodiversidad y bajo mantenimiento. Plantas para tocar, sentir, oler y mirar, nos conducen entre los senderos.
Especies nativas que traen consigo, las aves, los pintorescos colibríes, las orugas y las mariposas, todos ellos como símbolos del ciclo de la vida. Un jardín para sentir, recorrer y vivir además de mirar. Un espacio saludable en contacto directo con la naturaleza.
«Un jardín terapéutico es más que mirar, es para apreciar, sentir, conectarse, meditar, relajarse, encontrarse”.
Este espacio central amplio enmarcado por el cielo, los edificios, los árboles, y el césped visualizado tanto desde el interior como desde el exterior, se articula con espacios de dimensiones reducidas de distinta calidad ambiental, semi-cubiertos a escala del paciente protegido de múltiples miradas. Espacios imbricados, saludables, resultan apropiados para la contemplación de la naturaleza, la reminiscencia, la activación de los sentidos, etc.
Un camino principal para pacientes con movilidad reducida se materializa con un suelo drenante de estructura abierta y amigable con el medio ambiente, otro con chips de madera invita a recorrer el jardín a familiares, médicos y personal del hospital, introduciéndonos en la naturaleza.
El perfume de los jazmines tan propio de nuestra historia, se impregna en nuestra memoria. Conviven el pasado y el presente en el jardín como en nuestras vidas. Nos marcan el paso del tiempo, el nuevo jardín nace hoy y se entremezcla con lo existente, no lo oculta, lo vitaliza y lo resalta.
Especial relevancia se concede al reloj de sol, su presencia como energía y fuente de vida y símbolo del paso del tiempo. Un leve desnivel circular permite revalorizar su localización. Un nuevo trazado regulariza las circulaciones facilitando la conexión entre los distintos accesos y acompaña la simetría del sitio.
Una alineación de Lagerstroemia indica de floración blanca enmarca las circulaciones y nos conduce a los distintos puntos del jardín; de porte reducido, de floración estival nos acerca la escala humana entre el hospital y el jardín.
Por debajo, una primavera de azares de los Pittosporum tobira nana nos guiará hacia los senderos del jardín terapéutico. Lo regular ordena y organiza, lo orgánico nos estimula y acompaña en la circulación y la contemplación.
La incorporación de un ejemplar de Jacarandá (Jacaranda mimosifolia) realza el núcleo vertical, de follaje etéreo todo el año, nos dejará descubrir el jardín en cada estación, desde las alturas, desde el interior, desde cada sector. Su explosiva floración a poco de iniciar la primavera nos remite a la urbanidad de Buenos Aires, al color del cielo, fuente de inspiración e identidad.
Equipo de trabajo: Dr. Eduardo Ottaviani, Arquitectas Silvia Batlle y Geraldine Ladino. Colaboradoras: Arquitectas Priscila Brac y Nadia Guillemi.