Jardines para polinizadores, espacios inteligentes en las ciudades
Aprende con J. Cruz García sobre los beneficios y la importancia de los jardines polinizadores en el entorno urbano, en su artículo Jardines para polinizadores, espacios inteligentes en las ciudades.
Un jardín es un espacio habitable y de disfrute para el ser humano y otros seres vivos. Por lo regular este se valora desde lo estético, pero también tiene implicaciones funcionales, culturales, económicas y ambientales. Desde este último aspecto, los jardines para polinizadores en las ciudades funcionan como abastecedores de servicios ecosistémicos lo que los convierte en espacios naturalmente inteligentes o «smart».
Desde una perspectiva tecnocrática un jardín se concibe desde su diseño hasta la tecnificación y automatización del manejo y mantenimiento de éste; sin embargo, aquí se hará referencia a los servicios ecosistémicos que estos oasis ofrecen ante el creciente desarrollo urbano para lograr una mayor conservación de los polinizadores, sumar a la seguridad alimentaria y la revalorización económica de la producción.
Los jardines para polinizadores en las ciudades funcionan como abastecedores de servicios ecosistémicos lo que los convierte en espacios naturalmente inteligentes o «smart».
Se prevé que para 2050 habrá 9.7 mil millones de personas habitando el planeta (Fondo de Población de Naciones Unidas, 2024). Esta tendencia conlleva a una falta de reconectar con la naturaleza. Desde la justicia ambiental, en el Objetivo 11 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, en su numeral 11.7, se recomienda la provisión de zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles para las personas que habitan las ciudades (ONU, 2015). Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se tengan de 9 a 12 m2 de área verde por habitante en una ciudad, considerando ésta como toda superficie cubierta por vegetación natural o inducida que se localice en áreas urbanas.
Es aquí donde radica la importancia de los jardines para polinizadores en una ciudad, porque son espacios que permiten satisfacer algunas necesidades básicas del ser humano, desde lo más elemental como la producción de oxígeno hasta efectos positivos en la salud mental de las personas, así como servir de hábitats para los responsables del proceso de polinización, que a su vez se desplazan a lugares agrícolas para garantizar la seguridad alimentaria. Se ha estimado que el 70% de los cultivos para la alimentación de los humanos depende de estos agentes polinizadores (ENCUSP, 2021).
El proceso de polinización es un servicio ambiental esencial en todos los ecosistemas terrestres naturales y agrícolas; este consiste en la transferencia de polen entre las partes masculinas y femeninas de las flores para posibilitar la fertilización y como resultado la reproducción de éstas. Se ha estimado que el 90% de las especies con flor del mundo (más de 300 mil) son polinizadas por animales (Fukase y Simons, 2016; ENCUSP, 2021), tales como las abejas, mariposas, avispas, moscas, polillas y coleópteros, colibríes, murciélagos y algunos reptiles. Es de destacar que las abejas son el grupo más numeroso de polinizadores, superando las 20 mil especies. Además, una abeja puede visitar hasta siete mil flores por día y que para producir un kilogramo de miel tendría que realizar 7 millones de visitas florales.
Son varios los servicios ecosistémicos que estos oasis de flores pueden ofrecer en las ciudades. Destaca entre éstos que la vegetación arbórea y arbustiva del jardín disminuye la temperatura hasta en cinco grados centígrados, además de proveer hábitats para anidación y alimento para los polinizadores. Los jardines son espacios para la conservación de la biodiversidad de plantas y animales. En éstos se producen ambientes de tranquilidad y calma, al absorber, desviar y refractar el sonido a través del follaje, creando barreras de ruidos del bullicio de la ciudad, además por su atracción de aves que emiten sonidos gratos de la naturaleza.
En estudios de percepción del paisaje se ha encontrado que las personas identifican beneficios no solo desde lo físico (como disminución de enfermedades respiratorias) sino también les contribuye de manera positiva en su salud mental. Se disminuye el estrés al estar en contacto con un jardín estéticamente placentero y relajante, porque se crea una conexión entre la gente y el ambiente natural, lo que se denomina Biofilia. Por lo tanto, un jardín provee esos efectos positivos en la psique de las personas, y más en ambientes tan estresantes como son las grandes urbes. También, estos espacios funcionan como corredores biológicos; las aves y en general los polinizadores encuentran rutas que les permiten desplazarse de un sitio a otro.
A pesar de que la urbanización ha demostrado afectar la disminución de polinizadores, se han desarrollado programas para fomentar la implementación de jardines amigables con los polinizadores (Fukase y Simons, 2016). Tal es el caso en México, donde se ha implementado la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores (ENCUSP), a través de la cual se promueve la conservación y uso sustentable de estos seres, para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria del país.
Es a través de la Red 6 Jardines y Huertos para polinizadores, que se han desarrollado acciones que permitan implementar este instrumento para promover la conservación de los polinizadores y a su vez impacten en los cultivos locales o cercanos a las ciudades. El Colegio de Postgraduados ha participado activamente desde 2022 estableciendo al menos cinco jardines para polinizadores en el centro de Veracruz, dos en centros ecoturísticos, dos más en el Campus Córdoba y otro en jardín particular de Fortín, Veracruz.
En conclusión, la inteligencia de los jardines para polinizadores radica en que dan soluciones a muchos de los problemas sociales, ambientales y económicos a los que se enfrentan las ciudades. Si bien no son la panacea para cada mal urbano e impacto directo a la agricultura, su manejo adecuado puede contribuir significativamente a resolver muchos de ellos y a crear ambientes saludables y por tanto a una mejora de calidad en la ciudad y en espacios de cultivos agrícolas.
La inteligencia de los jardines para polinizadores radica en que dan soluciones a muchos de los problemas sociales, ambientales y económicos a los que se enfrentan las ciudades.