Espacios Inclusivos: el Paisajismo y el Acceso Universal
Explora cómo la inclusión del concepto de Acceso Universal al Paisajismo es una poderosa forma de construir experiencias más equitativas en el artículo “Espacios Inclusivos: el Paisajismo y el Acceso Universal” con Ivonne Walls.
Desde siempre, la relación hombre-naturaleza ha estado marcada por una necesidad hacia la convivencia con el ambiente que nos rodea. Después de siglos de industrialización y abuso de la extracción indiscriminada de los recursos naturales del planeta, así como del crecimiento desmedido, desordenado y caótico de las ciudades, se empezó a tomar conciencia de la necesidad de reconocer los paisajes como lugares esenciales para el bienestar, la salud (mental y física), la supervivencia de las personas y especies vivientes del planeta.
Así, desde mediados del siglo pasado, la sociedad ha comenzado a tomar medidas como el diseño de planes de desarrollo y la protección de áreas naturales a lo ancho y largo del planeta y, junto con los continuos avances tecnológicos, se han logrado crear de fuentes de energía limpias y renovables que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos, sin el alto costo al medio ambiente y a la salud del planeta.
Además, grupos ecologistas, gobiernos, y profesionistas de diferentes disciplinas (arquitectos, diseñadores y paisajistas, entre otros) se han dedicado a planificar de manera adecuada los ambientes para que puedan ser disfrutados y aprovechados al máximo por sus habitantes.
Basados en estudios climatológicos, psicológicos, sociales y de conectividad, están utilizando diseños, técnicas y materiales de construcción sostenibles que aseguren un hábitat adecuado para las personas poniendo énfasis en revertir los procesos que han llevado a su degeneración y al aumento de fenómenos adversos como el cambio climático.
Pese a este esfuerzo, en la mayoría de los lugares públicos (y principalmente en espacios naturales como playas, bosques y lugares de nieve), se continúa ignorando a una parte fundamental de la población: a las personas que viven con alguna discapacidad.
El paisajismo es una forma de arte que va más allá de la estética y la funcionalidad, ya que puede y debe convertirse en una herramienta poderosa para fomentar la inclusión y el Acceso Universal. La creación de espacios exteriores que sean acogedores para todas las personas, independientemente de sus habilidades o limitaciones físicas, es esencial para construir comunidades más justas y equitativas.
“El paisajismo es una forma de arte que va más allá de la estética y la funcionalidad, ya que puede y debe convertirse en una herramienta poderosa para fomentar la inclusión y el Acceso Universal.”
La intersección entre el paisajismo y el acceso universal es una asignatura pendiente que debe obligarnos a diseñar entornos al aire libre que promuevan la participación de todos. El Acceso Universal implica la creación de espacios que pueden ser utilizados y disfrutados por todas las personas, sin importar su edad, género, habilidades o condiciones físicas.
En el contexto del paisajismo, esto implica considerar cuidadosamente el diseño de parques, jardines y espacios públicos, para asegurar que sean accesibles y acogedores para todos. El empleo de rampas, elevadores, señalización para personas con limitación visual, servicios adecuados para quienes utilizan silla de ruedas, entre otros, deben estar incluidos en la planificación urbanística y natural de los paisajes.
Es decir, se debe llevar a cabo un diseño inclusivo, el cual en temas de paisajismo se centra en la eliminación de barreras y la incorporación de características que faciliten el acceso para personas con discapacidades. Esto puede incluir senderos accesibles, áreas de descanso con mobiliario adaptado y la consideración de la diversidad de usuarios al planificar la disposición de elementos como fuentes, áreas de juegos y zonas verdes.
“El paisajismo inclusivo no solo se trata de la infraestructura física, sino también de la experiencia sensorial de los espacios.”
Superficies no resbaladizas, pendientes suaves y anchos adecuados son elementos clave para hacer que los espacios sean accesibles para sillas de ruedas, cochecitos y personas con movilidad reducida o limitada. Sin embargo, el paisajismo inclusivo no solo se trata de la infraestructura física, sino también de la experiencia sensorial de los espacios.
Se deben considerar aspectos como la colocación de plantas y elementos naturales para proporcionar sombra, texturas interesantes y estimulación sensorial para todos los visitantes, incluyendo aquellos con discapacidades visuales, sonoras o cognitivas.
Incluir a la comunidad en el proceso de diseño es esencial para garantizar que se aborden las necesidades y deseos de todas las personas, por lo cual la participación comunitaria puede ser muy útil, pues revela perspectivas únicas de cada localidad y ambiente además de ayudar a identificar áreas de mejora que de otra manera podrían pasar desapercibidas.
Así pues, tanto el paisaje urbano como el natural pueden convertirse en una expresión tangible de la riqueza cultural de una comunidad. El diseño consciente puede incorporar elementos que rindan homenaje a diversas identidades culturales, ya sea a través de la elección de plantas autóctonas, obras de arte públicas o la planificación de espacios de encuentro que fomenten la expresión cultural.
La inclusión en el paisaje también se traduce en la accesibilidad universal. Calles, plazas y parques diseñados para ser utilizados por personas de todas las edades y habilidades físicas no solo mejoran la movilidad, sino que también fomentan la participación de la comunidad en la vida urbana, creando puntos de encuentro que atraigan a personas de diversas edades y trasfondos, revitalizando las zonas.
También implica un compromiso con la naturaleza. La integración de zonas verdes en entornos urbanos no solo mejora la calidad del aire y proporciona espacios recreativos, sino que también ayuda a la salud física y mental de las personas.
En conclusión, la inclusión en el paisaje no es solo una cuestión estética, sino un catalizador para la construcción de comunidades vivas y conectadas. Al tejer la diversidad cultural, la accesibilidad y la participación comunitaria en el diseño urbano, podemos crear paisajes que no solo son visualmente atractivos, sino también lugares que nutren la identidad comunitaria y fomentan la inclusión de todos sus habitantes.
En última instancia, la inclusión en el paisaje es una inversión en el bienestar y la cohesión de la sociedad, considerando a aquellos habitantes con movilidad reducida o limitada. La inclusión del concepto de Acceso Universal al Paisajismo es una poderosa forma de construir experiencias más inclusivas y equitativas.
Al diseñar espacios al aire libre accesibles para todos, no solo creamos entornos estéticos, sino que también promovemos la conexión y la participación de todas las personas que, de manera temporal o permanente, viven los espacios. El paisajismo inclusivo no solo es un deber ético, sino también una oportunidad para construir un mundo más accesible, justo, generoso y disfrutable para cada individuo.