Xerojardinería. El futuro del paisajismo ante el cambio climático

Rodrigo Escamilla y Juan Pablo González, nos hablan sobre la Xerojardinería: El futuro del paisajismo ante el cambio climático.

Tras la prolongada sequía que sufrió California a finales de la década de los 70, en Estados Unidos alrededor de 1981 se acuñó el concepto Xeriscape, y de ahí se desarrolló propiamente lo que hoy conocemos como Xerojardinería.

El nombre de esta tendencia que va en ascenso viene de “xirós” en griego que significa “seco” dícese de la jardinería en clima seco, que utiliza sistemas eficientes de riego, especies autóctonas adaptadas a todas las condiciones xerófilas y resistentes al estrés hídrico en aras de conseguir espacios sostenibles. (Santiago Beruete).

La jardinería de nuestros tiempos debe responder en favor de recuperar el balance de nuestro medio ambiente en términos locales y globales. Los jardines Xerófilos pueden reducir considerablemente el consumo de agua en comparación con los tradicionales.

Xerojardinería.
Fotografía: Billy Hathorn, CCBY-SA3.0, via Wikimedia Commons

La principal característica de las plantas xerófitas, es que son plantas que han evolucionado gracias a la modificación de sus hojas, tallos y raíces, por eso son capaces de absorber y retener el agua durante largos periodos de tiempo para sobrevivir a climas extremos y a la luz solar en exceso.

Cuentan con una epidermis espesa y hojas formadas por una gran cantidad de estomas para favorecer el proceso de la fotosíntesis debido a la falta de lluvias, algunas presentan hojas muy pequeñas con pocos poros de manera general, pero también existen algunas que cuentan con espinas o con raíces profundas, otras con vello y cera foliar, y por último, las de hojas enrolladas y dentadas.

Diseñar áreas verdes con vegetación que puedan resistir períodos prolongados con un mínimo de agua, no quiere decir que estéticamente esté enemistado con lo exótico y lo ornamental. Si bien, el espectro de vegetación es muy amplio, es recomendable incluir plantas nativas por su adaptación a las condiciones climatológicas de la región.

Agave Sisalana.
Fotografía: Rodrigo Escamilla

En mi caso, yo he podido detectar una buena adaptabilidad de plantas como: Maguey blanco (Agave americana), Maguey amarillo (Agave americana var. marginata), el Henequén (Agave fourcroydes), y el Chelem (Agave angustifolia var. angustifolia). Entre las cactáceas más usadas se encuentran: Cactus órgano (Pachycereus marginatus), un cactus sudaméricano llamado Cardón (Cereus hexagonus), Cactus globulares como las Mamilarias. De la misma manera las Opuntias y Nopaleas, entre ellas la Opuntia ficus-indica la cual es la que se consume para hacer los famosos nopalitos.

Entre las Euphorbiáceas: El famoso Lechero Asiático (Euphorbia lactea). Entre las crasuláceas podemos destacar a las Echeverias y a los Sedum que generalmente se lucen en maceteros, recomienda el arquitecto Rodrigo Escamilla, director de Jardines Nativos Mexicanos (JNMX).

Las texturas y los colores son esencial en la xerojardinería.
Fotografía: Rodrigo Escamilla

Las plantas Agavaceas, Cactáceas, Crasuláceas y Euphorbiaceas no son las únicas que podemos usar para realizar un jardín Xerófilo. Ahora bien, también podemos integrar plantas con formas palmiformes, arbóreas y arbustivas, por mencionar algunas podríamos decir: Palma de Madagascar (Pachypodium lamerei), Izote o Yuca (Yucca sp.), Flor del desierto (Adenium obesum), Flor de mayo (Plumeria obtusa) y Bigotillo (Caesalpinia pulcherrima), un arbolito que florece todo el año y muy resistente.

Los jardines xerófitos, por consiguiente, son una excelente opción para compensar el mal aprovechamiento del agua que el ser humano ha estado realizando en el tema de jardinería durante las últimas décadas. Debemos mantenernos receptivos a encontrar soluciones de forma integral e ir evolucionando hacia jardines más sostenibles que ayuden a recuperar el balance del medio ambiente, además de realizar diseños creativos y únicos como promueve la xerojardinería.

Manfreda petskinil.
Fotografía: Rodrigo Escamilla