
El paisaje prestado en Japón
En el artículo El paisaje prestado en Japón, la arquitecta paisajista Megumi Andrade nos comparte como las montañas se fusionan e integran con el paisaje circundante gracias a la maestría en diseño de jardines que existe en el país.
Los jardines japoneses son famosos a nivel mundial por su diseño único y el uso armonioso de diversos elementos. En esta ocasión, hablaremos sobre la estrategia que emplean para crear estos majestuosos lugares, incluyendo elementos como las montañas.
Un ejemplo destacado es el Museo de Arte Adachi (o jardín Adachi), que ha sido calificado el número uno en los ranking de jardines japoneses por 22 años consecutivos según la revista estadounidense Sukiya Living Magazine: The Journal of Japanese Gardening. Su singularidad radica en que, al caminar y contemplarlo en los diferentes ángulos, resulta difícil percibir los límites del espacio debido a la maestría de diseño del jardín fundiéndose con la montaña que está en el fondo, generando la sensación de amplitud. A esto se le llama paisaje prestado, shakkei.

Museo de arte Adachi / Adachi Art Museum
Fotografía / Photography: Megumi Andrade
Los pinos en este jardín se encuentran estratégicamente posicionados para generar una continuidad visual y barrera auditiva, sin imaginar que posterior a la colindancia pasa una carretera, seguida de campos de cultivo, y, al fondo, aproximadamente a 2 km se alza la montaña. Cabe destacar que se hizo un ajuste en la misma para replicar una cascada que evoca la famosa cascada de Nachi, ubicada en el Kumano Nachi Taisha en Nara. Esta no solo es una de las más altas del país, sino que también posee un profundo significado religioso y cultural, lo que la convierte en un símbolo importante.
Este enfoque del paisaje resalta la importancia de una conexión profunda con el entorno. En Japón, el concepto del “genio del lugar” —esa relación íntima con el espacio— es esencial para determinar cómo intervenir en el paisaje. Aunque existen diversas técnicas, es a través de un diseño meticuloso que se logran crear capas de profundidad visual: el primer plano, el segundo plano y el tercer plano, donde se incorpora el paisaje prestado, siendo en este caso la montaña. Esta organización estratégica permite que el jardín se fusione con el entorno natural, reflejando así una maestría al diseñar.

Museo de arte Adachi / Adachi Art Museum
Fotografía / Photography: Megumi Andrade
El mantenimiento de los jardines es otra prioridad en este país. Por ejemplo, nuevamente en el Jardín Adachi, junto a él, se encuentra un vivero para reemplazar de inmediato cualquier árbol o especie que fallezca. Lo mismo ocurre con el musgo: cuando se percibe que una zona ya no luce bien, se sustituye por un nuevo pedazo de musgo para que siempre se mantenga impecable. Además, cada mañana se barre la arena para que luzca magnífica ante los visitantes, se dice que “despiertan la arena”.
Un ejemplo similar se puede encontrar en el Parque Ritsurin en Kagawa, o en el jardín Okochi Sanso en Kioto. Si no fuera por las enormes montañas que forman parte del paisaje del jardín, su belleza no sería la misma. El manejo del paisaje, integrando elementos naturales preexistentes, es una técnica que permite que los jardines se mimeticen y se conviertan en parte del entorno natural en lugar de competir con él, nuevamente la técnica del paisaje prestado.
Si no fuera por la técnica de paisaje prestado y las enormes montañas que forman parte del paisaje del jardín, su belleza no sería la misma.

Jardín Okochi Sanso / Okochi Sanso garden
Fotografía / Photography: Megumi Andrade
En general, Japón tiene una gran visión y planificación respecto al paisaje. Muchos de sus jardines están considerados patrimonio nacional y de la humanidad por la UNESCO, y rinden homenaje tanto a la naturaleza como a la arquitectura, los museos, santuarios y templos. El país valora profundamente su entorno y se dedica a protegerlo. Las montañas, consideradas sagradas en el sintoísmo (religión autóctona de Japón que se caracteriza por adorar a los espíritus de la naturaleza), reciben un cuidado aún más especial.
En el sintoísmo, existe un profundo respeto por los elementos naturales. Al igual que en las culturas prehispánicas donde existían dioses del agua y la lluvia, Japón también venera los elementos de la naturaleza como dioses. Las montañas, en particular, son veneradas por su conexión con lo divino, y muchos santuarios están ubicados en ellas. A lo largo de la historia, se han encontrado elementos relacionados con lo sagrado en las montañas, lo que refuerza la necesidad de cuidarlas y protegerlas.
Las montañas, en particular, son veneradas por su conexión con lo divino, y muchos santuarios están ubicados en ellas.

Tenryu-ji
Fotografía / Photography: Megumi Andrade
De igual manera, existe un fuerte sentimiento nacionalista y se enorgullecen de utilizar sus propias especies en los jardines. Esto ayuda a preservar la biodiversidad local y también refuerza su identidad cultural, aprovechando lo que la naturaleza japonesa ofrece de la mejor manera posible.
Finalmente, esta cultura se caracteriza por un profundo respeto y protección de los entornos naturales, lo cual se refleja inmediatamente en la limpieza y el orden en todo el país. Este compromiso con el entorno muestra la armonía entre el ser humano y la naturaleza, un principio central de su filosofía y tradición.
Conoce más en: https://www.instagram.com/megumi_paisajista?igsh=MXd5am12bjFpamZ4MA==https://www.instagram.com/vamoscon_megumi/