Disruptivos como Alexander von Humboldt

Preparar ese gran viaje a un nuevo lugar desconocido para nuestros sentidos, es tan íntimo para muchos de nosotros ¿qué llevar? ¿cuántos kilos debe pesar mi maleta? ¿estará nublado o soleado? Son las preguntas más comunes que recorren nuestra mente, los recordatorios en nuestro móvil y las conversaciones con café en mano frente a nuestros mejores escuchas. Preparar un viaje enseguida nos convierte en exploradores porque comenzamos a imaginar, cuestionar o incluso formular teorías al respecto del extraño.

Exploradora
Fotografía: Pixabay

Torres del Paine
Fotografía: Pixabay

Recuerdo mi primer momento de exploradora en el nuevo gran lugar (Torres del Paine), me sentía como gigante a cada paso en el sendero y a la vez igualando la escala de una hormiga ante las copas de los Nothofagus pumilio. A veces con miedo ante la posible aparición de un Puma concolor, otras con singular alegría de poder tomar agua de la caída de una fina cascada después de un largo trayecto sin parar y les cuestiono ¿alguna vez han derramado lágrimas dulces ante un enorme esfuerzo físico logrado, acompañado de una postal irrepetible? Pues Alexander von Humboldt sí, según me informan, lloró en la cima del Chimborazo al proclamarse uno de los contados exploradores en subir la cima más alta del mundo descubierta hasta ese momento (finales del s. XVIII) ¿Cuál de todas esas lágrimas en Ecuador fue dedicada a la multiplicidad de elementos expresados en un sendero? ¿Cuáles de esos animales e insectos le hizo sentir el mismo miedo que a mí con el puma? Primer respuesta, todas. Segunda respuesta, los mosquitos. No importa el tamaño de la amenaza, todas pueden superarse si leemos el paisaje que nos nutre, según Humboldt. Y así fue como se lleva otro título, el primer interesado en desarrollar un concepto de naturaleza y un, poco accidentado, pre concepto de paisaje.

Naturgemalde
Fotografía: wikimedia

Situémonos en la mente de un Humboldt de 27 años que documentó su gran viaje en el libro Personal Narrative contando las maravillas de presenciar el cómo y cuándo de aquellas capas importantes para el entorno.

Comprendió que todo está unido, que todo es un gran sistema donde actúan las escalas de: flora, fauna, clima, altimetría, suelo, geología, el azul del cielo, las nubes, el viento, los hongos y los pies que sostienen a las personas como raíces a los troncos, proyectando una fronda que caduca o que permanece.

“La naturaleza, en todas partes, se dirige al hombre con una voz que es familiar para su espíritu”

Goethe y humboldt

El pensamiento humboldtdiano está en nuestras mentes de manera intuitiva ya que él ha logrado insertarse en los trabajos de múltiples científicos, artistas, escritores, poetas, en más de 200 años. Hablar de paisaje-sistema-naturaleza cuando la mayoría de la población mundial pensaba (sigue pensando) en agricultura y ganado como fuente de progreso y veían los elementos a su alrededor como inferiores.

Ese pensamiento humboltdiano da vueltas hoy día en *inserte su fuente de noticias favorita*, diciendo que veamos al mundo como un sistema y que si le quitamos un pedazo se fragmenta al grado de la destrucción, como un canibalismo forzado por nuestro ego y la enorme falta de empatía, esa empatía que Humboldt sintió en todos y cada uno de sus grandes viajes al conocer la esclavitud, el hambre, los saqueos, la deforestación, la erosión, la grandeza de las guerras y la fragmentación de esa idea de un sistema para convertirse en polvo sin retorno.

Agena ONU 2030

Humboldt escribió en su libro Cosmos que la vida está formada de tantísimos factores, incluida la empatía, que le llevó cinco tomos consolidar esa afirmación ante sus lectores. Lograba inspirar con sus relatos, con su Naturgemalde, con sus mapas, dibujos y prosa. Hasta el mismísimo Goethe lo admiraba y se inspiraron mutuamente en sus andares. 

¿Qué sería de Fausto si lo traemos a la actualidad? ¿Sería un Leonardo Di Caprio destinado a difundir los errores que alguna vez Humboldt leyó en el paisaje?

Leer el paisaje, como base obligada de la adsorción de nuestros sentidos ante la transición del sistema, tal cual como lo hizo Humboldt, debería ser parte de nosotros según las redes sociales que buscan que despertemos y adoptemos un comportamiento “verde”. ¿Debería realmente? Lo pongo como una disrupta sobre la disrupta. ¿Qué tan verde fue Humboldt en sus grandes viajes? Primero entendemos lo que percibimos para después valorar su existencia y posteriormente ¿revertir los daños siendo “verdes”?

Mi propuesta es que cuestionemos, la propuesta de Humboldt es que nos apasionemos con las respuestas que obtengamos y les demos un uso.

Bibliografía de consulta
Wulf, Andrea, La invención de la naturaleza: El nuevo mundo de Alexander Von Humboldt
México: Ed Taurus. Trad. Rodríguez Tapia María Luisa, 2017.