Una nueva utopía en el diseño: biofilia y biodiversidad

En “Una nueva utopía en el diseño: biofilia y biodiversidad” Ana Marianela Rochas-Porraz nos ayuda a reflexionar sobre cómo la biofilia y la biodiversidad se han convertido en conceptos fundamentales en la arquitectura moderna.

Los humanos han estado interesados en otros seres vivos desde hace miles de años. En la época prehistórica, los grandes frescos de Altamira o Lascaux son el testimonio de la fascinación que los animales como el bisonte o el caballo suscitaban.

No hay que olvidar, que plantas y animales constituían el principal sustento de los humanos, situación que perdura evidentemente hasta hoy en día.

German: Der Sommer (Landschaft mit Liebespaar).
Fotografía: Caspar David Friedrich, CC BY-SA 3.0, creativecommons.org, via Wikimedia Commons

Las colecciones de plantas y animales, como la del jardín de plantas en París o los desaparecidos jardines de Nezahualcóyotl, son también ejemplos de la capacidad de los seres humanos de concentrar dichas riquezas naturales con la finalidad de estudiarlas y domesticarlas.

Los cuadros del romanticismo, como los de Caspar David Friedrich o los de José María Velasco, son también ejemplos de cómo el ser humano se posicionaba maravillado ante la inmensidad de los paisajes y de la abundancia de la naturaleza.

Jardín de plantas en París.
Fotografía: Benh LIEU SONG, CC BY 3.0, creativecommons.org, via Wikimedia Commons

Sin embargo, el término de biofilia como lo conocemos hoy en día, fue forjado en el siglo XX después de la Segunda Guerra Mundial, a partir de textos como los de Erich Fromm (1975) y Edward O. Wilson (1984).

La raíz etimológica del término quiere decir “amor por lo vivo”. Para Fromm, es “el amor apasionado de la vida y todo lo que vive”. Para O’Wilson, es “la tendencia innata de concentrarse en lo vivo y en los procesos biológicos”.

Sala de conferencias en Amazon Spheres.
Footgrafía: Evan Chakroff, CC BY-SA 2.0, creative commons.org, via Wikimedia Commons

En nuestros días, la cuestión de la biodiversidad ha tomado una importancia considerable, ya que esta característica garantiza la resiliencia de los ecosistemas y, por lo tanto, la supervivencia de los seres vivos. La biodiversidad según el INSEE, es la diversidad de organismos vivos, especies, genes o incluso la organización y distribución de los ecosistemas.

Según el Convenio sobre la diversidad biológica, la biodiversidad es definida como “la variabilidad de tres seres vivos de todos los orígenes”. Los científicos distinguen en dicho término tres niveles de organización: la diversidad ecológica (ecosistemas); la diversidad específica (especies); y la diversidad genética (genes).

Amazon Spheres.
Fotografía: Joe Mabel, CC BY-SA 4.0, creative commons.org, via Wikimedia Commons

En lo que concierne los ámbitos de la arquitectura y de la arquitectura de paisaje, ciertos diseñadores se han preocupado por integrar la biodiversidad en los proyectos. Ciertas propuestas integran equipamientos para albergar fauna o despliegan en sus fachadas y techos superficies vegetalizadas.

Otra opción para realizar un diseño amigable con la biodiversidad es incluir paneles que explican la flora y fauna del lugar a los usuarios y cómo ser respetuoso de su existencia en el sitio.

Sin duda respetar e incrementar la biodiversidad es uno de los retos del diseño del hábitat del siglo XXI. De igual forma, los diseñadores deberían ser sensibles al integrar la naturaleza en los espacios, no únicamente para contemplarla, sino para generar verdaderos ecosistemas integrados al hábitat humano.

London barbican centre.
Fotografía: Joe Mabel, CC BY-SA 4.0, creative commons.org, via Wikimedia Commons