El Jardín Australiano
En una antigua cantera de arena, a una hora de distancia de Melbourne, Australia, un nuevo jardín botánico ha sido completado, un jardín que le permite a los visitantes embarcarse en un metafórico viaje de agua a través del panorama australiano, desde el desierto hasta la costa.
Este nuevo espacio busca, a través del diseño de experiencias temáticas, inspirar a que los visitantes vean a nuestras plantas de forma diferente. La finalización del Jardín Australiano llegó en una época en la que los jardines botánicos en todo el mundo están cuestionando investigaciones existentes, paradigmas recreativos, y se están enfocando nuevamente en mensajes de conservación de paisajes y en lograr aumentar el interés real por parte de los visitantes.
“A través del arte de la arquitectura de paisaje, este paisaje integrado reúne la horticultura, la arquitectura, la ecología, y el arte, para crear el jardín botánico más grande dedicado a la flora australiana.”
En el Jardín Australiano estas tensiones son el génesis creativo del diseño. En el lado este del jardín tenemos los jardines de exhibición, los paisajes de exposición, los terrenos de investigación, y las hileras forestales, los cuales ilustran nuestra dedicación para estructurar y organizar nuestros paisajes de manera más formal, mientras que en el lado oeste, los visitantes son subsumidos por jardines inspirados en ciclos naturales, paisajes inmersivos y formas florísticas irregulares. El agua juega un papel mediador entre estas dos condiciones, llevando a los visitantes desde los acantilados de las rocas, las serpenteantes curvas de los ríos, las melaleuca y los bordes costeros.
Los jardines en Australia tradicionalmente se basan en precedentes europeos, recientemente se han intentado recrear las cualidades seductoras del paisaje australiano. El Jardín Australiano, en contraste, utiliza el paisaje australiano como su inspiración para crear una secuencia de poderosas experiencias esculturales y artísticas que reconocen su diversidad, el alcance de su escala, y sus maravillosos contrastes. Por medio de estas creativas composiciones de paisajes este proyecto busca estimular y educar a los visitantes sobre el uso potencial y la diversidad de la flora australiana.
Caminar a través del paisaje australiano es un viaje lleno de curvas y saltos. Rara vez se viaja en línea recta, ¡ya que la flora está en medio del camino! Esta coreografía de movimiento es capturada en el proyecto, donde los visitantes son llevados en una travesía ciertamente única. Los usuarios son invitados al paisaje por medio de un sistema de caminos que cambia de forma constante de acuerdo a la narrativa del paisaje y a la experiencia del jardín. Los caminos grumosos en el Jardín Gondwana cambian para convertirse en placas circulares sobre el agua que se conectan a un campo de rocas en donde el verdadero camino deja de ser aparente.
Siendo el jardín botánico más grande dedicado a exhibir la flora australiana, el Jardín Australiano actualmente contiene una extensa colección de plantas para propósitos científicos, educativos, y de conservación. Este jardín juega un rol vital para ayudar a los científicos y al público a entender la historia, usos actuales, y lo que podría ser el futuro de las plantas en nuestros ambientes naturales y urbanos. Acoge la importancia de la biodiversidad y de proteger a especies y ecosistemas para salvaguardar el legado biológico del mundo. Sin embargo, el jardín también lleva a cabo otra misión: Ser el nuevo campo público para una ciudad constantemente en expansión. Los mensajes de biodiversidad y sostenibilidad son integrados en este rol como un nuevo destino de visitantes, donde éstos no sólo vienen para explorar las colecciones de plantas sino también para ser entretenidos a través de talleres interactivos, música, películas, mercados, cafés y juegos.
De igual forma, como no hay una sola narrativa lineal que describa el paisaje australiano, los caminos en el paisaje llevan a los visitantes a través de muchas travesías y experiencias.
“Este es un jardín de descubrimiento, de múltiples experiencias, y de mucho conocimiento.”
El proyecto está localizado en una antigua cantera de arena que había despojado toda la vegetación, y había exhumado todos los rastros de tierra. En vez de importar tierra nueva, el equipo de diseño trabajando junto con e horticulturista y diseñador Paul Thompson, se preguntaron cómo el diseño y selección de flora podría responder creativamente a esta desafiante condición del lugar.
El resultado final utiliza 170,000 plantas pertenecientes a 1,700 especies, todas adaptadas a esta desafiante condición del lugar, con especies seleccionadas no sólo por su sostenibilidad a un medio con poco contenido orgánico, sino también por su adaptación a utilizar poca agua y a tolerar sequías.
Se considera que el Jardín Australiano se encuentra al frente de las emergentes preocupaciones ambientales en cuanto a la biodiversidad, horticultura de poca agua, diseños sensibles al agua, y a la elección de materiales sostenibles. Estos problemas son integrados en la composición general del lugar, demostrando que el diseño es más que la suma de sus partes, y que es un medio totalmente holístico y creativo.