Casa X’cumpich

Karla Navarrete nos presenta la «Casa X’cumpich, proyecto que genera un sentido de apropiación del usuario hacia su patrimonio.

MENCIÓN HONORÍFICA EN LA III BIENAL LATINOAMERICANA DE ARQUITECTURA DE PAISAJE (2018).
Proyecto paisajístico: Labital y Arq. Psj. Graciela Peraza

Proyecto arquitectónico: AS Arquitectura

El proyecto se ubica en la comisaría de X’cumpich (lugar del árbol encantado), al noroeste de la ciudad de Mérida, y la cual surge inicialmente como un asentamiento en torno a la hacienda henequenera con el mismo nombre. Esta zona de baja densidad está actualmente caracterizada en su contexto urbano por el casco de la ex-hacienda y la gran cantidad de árboles con grandes follajes, en su mayoría árboles Pich (Enterolobium cyclocarpum).

X’cumpich cuenta con valores paisajísticos y urbanos que requieren ser protegidos y consolidados para mejorar la calidad de vida de sus pobladores y evitar el deterioro y eventual desaparición del paisaje cultural, como consecuencia de la urbanización y el crecimiento desmedido de la zona metropolitana de Mérida.

La Casa del Árbol, nombre con el cual se denominó al proyecto arquitectónico, es una vivienda unifamiliar de 391 m2. Entre las bondades de este proyecto, podemos destacar la ausencia de barda perimetral hacia la vialidad donde se localiza el casco de la ex-hacienda; las soluciones llegan por medio del uso inteligente de niveles y de la propuesta paisajística.

El protagonista del proyecto es un árbol Pich de 80 años de antigüedad. La casa gira en torno al árbol, y de esta manera se obtiene que todos los espacios interiores de la casa tengan vista a él, con excepción de la recámara principal, que tiene apertura hacia un patio exclusivo y es más privado. Estas características nos permitirán potenciar la conceptualización del proyecto de paisaje.

Es mediante la intervención paisajística de las áreas abiertas del proyecto y de su integración al espacio público, que se logrará la incorporación al contexto y se contribuirá a la consolidación de los valores sociales y culturales tangibles e intangibles de la zona de la ex-hacienda X’cumpich.
Algunos de los objetivos generales de la propuesta de diseño son: contribuir a la conservación y revitalización de los espacios abiertos públicos de X’cumpich a través de una aportación del proyecto arquitectónico-paisajístico hacia lo público, generando un sentido de apropiación del usuario hacia su patrimonio; transmitir la esencia del lugar, en cada uno de los espacios a diseñar; contribuir al rescate de la zona, considerando su valor como zona patrimonial.

Vista hacia la casa
Fotografía: Samantha Cárdenas Aguilar

Para un mejor análisis del sitio y una óptima propuesta paisajística, el proyecto se dividió en
4 zonas, cuyos objetivos son: Zona 1. Pública: Integración al contexto; relación directa con la ex-hacienda; apropiación del espacio público. Zona 2. Semi-pública contenida: Lograr una identidad regional a través del uso de especies vegetales nativas. Zona 3. Semi-pública abierta: Enfatizar el protagonismo del árbol Pich (ubicado al centro del terreno); crear recorridos contemplativos y generar distintos escenarios para que las visuales sean diversas. Zona 4. Privada contenida: Generar un espacio íntimo y de relajación.

Propuesta paisajística:

Zona 1. Consiste en el uso de agaves (Agave fourcroydes) sembrados de manera aleatoria para respetar las zonas de laja características del terreno; éstos se acompañan de otras especies de naturaleza espinosa como la Piñuela (Bromelia karatas), así como de la vegetación existente que se integra al proyecto. Con esto se logra donar un espacio verde a la ciudad y al mismo tiempo limitar el acceso a la propiedad no con barreras físicas, sino a través de sensaciones expresadas mediante los elementos vegetales.

Jardín interior
Fotografía: Roberto Rosado 

La relación por imagen entre los agaves y la casa de máquinas representan una opción interesante de intervención por el significado que ambos poseen en la colectividad y el imaginario social.
Zona 3. Se diseña el estanque que rodea el árbol Pich, el cual consiste en una bandeja de agua que se desplanta sobre el terreno natural, rodeando al tronco y asentándose sutilmente sobre un talud vegetal, generado con la intención de proteger la raíz y como muestra de respeto al árbol. La vegetación de éste, consiste en helechos y nenúfares nocturnos. El estrato alto de esta zona se basó en la selección de árboles nativos y con cierto valor cultural, como la Flor de mayo (Plumeria obtusa) y la Jícara (Crescentia cujete). El estrato medio incluye herbáceas y algunos arbustos de diversas formas, texturas y colores; y el estrato bajo, diversos cubresuelos complementados con gravilla para evitar el uso del pasto. Zona 2 y 4. Se buscó generar ambientes íntimos y de relajación.

Jardín interior
Fotografía: Roberto Rosado 


Vegetación
Fotografía: Samantha Cárdenas Aguilar 

Las especies seleccionadas son en su mayoría herbáceas y trepadoras de semi-sombra, ya que estos espacios cuentan con pérgolas o con la preexistencia de árboles. Se les dio un carácter único a través del uso de texturas diversas en los pavimentos, así como mediante la selección de plantas aromáticas como la Dama de noche (Cestrum nocturnum) y el Jazmín (Jasminum officinale).

Creemos que el éxito de este proyecto radica en dos factores: primero, el correcto análisis del proyecto arquitectónico y su potencialización a través del diseño de paisaje, y segundo, la aportación de los valores arquitectónico-paisajísticos del espacio privado hacia lo público, logrando una integración al contexto y generando un sentido de apropiación de los distintos tipos de usuario hacia su patrimonio. Es mediante la revitalización del paisaje, que logramos la recuperación de espacios urbanos, incluyendo las zonas patrimoniales, y cumplimos con la función primordial de mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Vista hacia la Hacienda
Fotografía: Karla Navarrete