Casa encinos

Estudio Ome nos presenta el proyecto Casa encinos; una casa rodeada de grandes encinos que le dan su nombre y fueron la inspiración para todo el proyecto.

Casa Encinos se encuentra a dos horas de la Ciudad de México en Valle de Bravo, una región conocida por su lago y clima templado donde los bosques de pino encino crecen. El sitio de 0.9 hectáreas tiene grandes encinos que le dan su nombre y fueron la inspiración para todo el proyecto donde una serie de volúmenes de madera se construirían para conformar la casa.

La primera observación fue la majestuosa presencia de los encinos, Quercus laurina, como el pilar para el balance y diversidad del ecosistema. Sus ramas son el hábitat para helechos, orquídeas, bromelias, y sus hojas caídas nutren el suelo permitiendo que otras especies crezcan debajo de su follaje. ¿Cómo aprender del bosque y cómo habitarlo?

Puente y escalones de madera
Fotografía: Alex Raduan

Enormes pinos caídos del sitio se convirtieron en la materia prima para el hardscape. Pudimos transformar la madera directamente en el terreno y crear elementos sencillos para orientarse como escalones, puentes y muros de contención de las terrazas. Entre los árboles existentes se dibujaron senderos sinuosos con una suave pendiente para llegar a la casa en coche o a pie. El suelo compactado de los caminos es permeable para que el agua se infiltre en el suelo y se complementa con una zanja que dirige el exceso de aguas de escorrentía hacia un arroyo.

La casa elevada está rodeada de un jardín exuberante donde la flor del saúco, Sambucus canadensis, y las passifloras alcanzan la altura de la terraza e invaden la estructura. Agaves y helechos complementan el diseño de la plantación para atrapar la mirada.

Vegetación
Fotografía: Alex Raduan

Entre los árboles existentes se dibujaron senderos sinuosos con una suave pendiente para llegar a la casa en coche o a pie. El suelo compactado de los caminos es permeable para que el agua se infiltre en el suelo y se complementa con una zanja que dirige el exceso de aguas de escorrentía hacia un arroyo.

Poza circular
Fotografía: Alex Raduan

Se sembró una colección de macetas de barro para cada terraza con especies forestales japonesas y mexicanas inspiradas por una atmósfera de bosque, como encinos (Quercus laurina), nandina (Nandina domestica) y agaves nativos del sotobosque. Una segunda terraza cerca de la cocina disfruta de plantas aromáticas y árboles frutales.

El sitio se beneficia de un arroyo intermitente donde una serie de muros de contención y una poza circular se construyeron con gaviones y piedra para permitir que el agua de lluvia se infiltre en el suelo, al mismo tiempo que se puede disfrutar de su volátil presencia.