El patio: herencia y tradición de los espacios abiertos domésticos desde la antigüedad

Una de las principales aportaciones del paisaje cultural consiste en valorar el patrimonio de la humanidad, más allá de las obras monumentales, y observar la riqueza también presente en los espacios abiertos cotidianos. Recintos heredados por diferentes culturas a lo largo del tiempo, aún albergan multiplicidad de habitantes, funciones y tradiciones, consolidando la memoria histórica a nivel global.

A continuación, se propone destacar algunos de los atributos más significativos del patio, espacio común en las unidades habitacionales desde las primeras civilizaciones y en las más diversas latitudes, concluyendo con un ejemplo de suapropiación, símbolo de identidad cultural y cohesión social.

Reconstrucción de viviendas neolíticas, con acceso cenital para desahogo del fogón desde azoteas en Çatalhöyük, Anatolia, datan de los milenios VIII-V a.C. (hoy Turquía, Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2012).
Fotografía: Kathryn Killacky. Consultado en:
http://www.killackeyillustration.com/catalhoyuk

“Resulta la más perfecta integración imaginable de recursos ambientales”¹. Reflejo de la cosmovisión del grupo y del lugar, el patio busca satisfacer desde las necesidades funcionales de sus habitantes, a través de la generación de microclimas, regulando condiciones de iluminación, ventilación, acústica y temperatura hacia la búsqueda del confort; hasta las más trascendentales, brindando armonía, jerarquía, dignidad², serenidad, espiritualidad y trascendencia del ser humano, proyectando su limitada esencia hacia lo infinito.

En las primeras viviendas agrupadas en Çatalhöyük, Anatolia (milenios VIII-VII a.C.), el espacio interior tenía una perforación cenital para desahogar el humo del fogón central, posible explicación funcional al origen del patio doméstico³, y una escalera permitía el acceso desde las azoteas. Este modelo evolucionó a la vivienda sumeria en Mesopotamia (siglo III a.C.), con habitaciones organizadas alrededor de un patio central, rodeado por balcón corrido organizando es­tancias familiares en un segundo nivel, pavimentos de ladrillo y desagüe al centro del patio⁵.

Patio circular en tulou, viviendas multifamiliares tradicionales construidas entre los siglos XV y XX en la provincia de Fujian, China (Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2008).
Fotografía: Song Xiang Lin

Se encuentran en formas tan diversas, desde la ortogonalidad y la introversión en los patios de viviendas mesopotámicas y greco-romanas, como respiro de la presión urbana en asentamientos en constante crecimiento. Hasta la fluidez de los patios circulares o confinados por una serie de módulos habitacionales, en culturas originarias en África, América, Oriente y Oceanía.

Secuencias de patios en conjuntos habitacionales, arquitectura excepcional en tierra en Djenné, Mali (desde milenio III a. C. Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1988).
Fotografía: UNESCO.

En los últimos, predomina este recinto comunal más orgánico, extrovertido y en permanente diálogo con la naturaleza, ofreciendo flexibilidad de crecimiento de unidades familiares independientes, en contraste con los prototipos occidentales.

Se manifiestan en el juego de elementos horizontales y verticales, con una amplia gama de superficies naturales y artificiales, en diálogo con cuerpos de agua; mobiliarios, objetos escultóricos e imágenes de culto, enmarcados por la paleta vegetal en cubresuelos, arbustos y árboles a diferentes alturas, incluyendo frutales y florales. Estas ricas composiciones de luz y sombra, colores, texturas, aromas, sonidos y hasta sabores, han elevado la calidad de vida cotidiana a lo largo del tiempo.

Un ejemplo excepcional es la “Fiesta de los Patios” en Córdoba, icónico enclave mudéjar al sur de España. Los vecinos en los barrios antiguos trabajan fervorosamente en la ornamentación de jardineras, maceteros, enrejados y balcones de patios comunales durante todo el año. Desde 1918 y revitalizada en la década de 1950, celebran encuentros, concursos y espectáculos populares, a lo largo de doce días a inicios de cada mayo.

La “Fiesta de los Patios”
Fotografía: ÁLEX GALLEGOS

“En todos, la jerarquía, la composición y la privacidad obedecen tanto a los patrones sociales, como a la transición hacia espacios inmediatos y a la vinculación deseada con el exterior.”

En estos singulares paraísos se fomenta la integración social, la interculturalidad, la solidaridad, el intercambio de saberes entre generaciones y el respeto al medio natural. Por éstos y más motivos, el 6 de diciembre de 2012 fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO⁶.

Estos rincones continúan estimulando los sentidos de sus habitantes desde los orígenes, trascendiendo fronteras y permaneciendo en el imaginario colectivo y la memoria afectiva, tal como celebra “Patio” de Jorge Luis Borges en:

“Con la tarde

se cansaron los dos o tres colores del patio.

Esta noche, la luna, el claro círculo,

no domina su espacio.

Patio, cielo encauzado.

El patio es el declive

por el cual se derrama el cielo en la casa.

Serena,

la eternidad espera en la encrucijada de estrellas.

Grato es vivir en la amistad oscura

de un zaguán, de una parra y de un aljibe”⁷.

Patio en Zanzíbar, célebre puerto swahili con sincretismos culturales africanos, árabes, hindúes y europeos en Tanzania, África del Este.
Fotografía: Ron Van Oers, UNESCO.

LITERATURA CONSULTADA:

1 Rafael Serra, Arquitectura y climas (Barcelona: Gustavo Gili, 1999), 62.

2 Vicente Guzmán Ríos, Espacios exteriores. Plumaje de la arquitectura (México: UAM Xochimilco, 2007), 237-248.

3 Richard Weston, 100 ideas que cambiaron la arquitectura (Editorial Blume, 2011), 34.

4 Adriano Cornoldi, La arquitectura de la vivienda unifamiliar. Manual del espacio doméstico (Barcelona: Gustavo Gili, 1999), 66-68.

5 Sigfried Giedion, El presente eterno: los comienzos de la arquitectura (Madrid: Alianza Forma, 1988), 199.