El patio de mi casa: Paisaje histórico y cultural de las ciudades
Los espacios exteriores que construimos y habitamos, entre ellos los patios y jardines residenciales, suelen reflejar en su configuración aspectos culturales de sus habitantes. Estos espacios que van surgiendo con el paso del tiempo y el esfuerzo de sus propietarios se transforman en piezas clave de la configuración de un paisaje urbano. Aún más si consideramos que una proporción importante del suelo urbano es destinado a uso residencial. En la ciudad de Mérida esto no es una excepción. La superficie que ocupa la vivienda es de aproximadamente 82 por ciento del área total de la ciudad. Dependiendo del tipo de vivienda, las superficies sin construcción, entre ellas los patios y jardines, representan entre un 30 y un 60 por ciento de la superficie del lote residencial1.
“En diversas colonias de la ciudad de Mérida se encontró que los patios y jardines residenciales materializaban aspectos estéticos, emocionales y religiosos, entre otros.”
Un ejemplo de ello es un estudio llevado a cabo en la ciudad de Dunedin en Nueva Zelanda, donde se encontró que los espacios exteriores, principalmente los jardines, son el reflejo de valores importantes de sus propietarios y son a su vez una oportunidad para la creación del paisaje doméstico en la ciudad2.
En un estudio similar realizado en diversas colonias de la ciudad de Mérida se encontró que los patios y jardines residenciales mate- rializaban aspectos estéticos, emocionales y religiosos, entre otros. Estos se relacionaban con la presencia o ausencia de diferentes tipos de vegetación, pavimentos y con la distribución de los espacios3.
Los patios pavimentados casi en su totalidad se relacionó
con una necesidad de mantener este espacio “limpio”. La presencia de insectos no deseados y la necesidad de espacios de socialización propiciaron que los propietarios remplazaran sus áreas verdes por firmes de concreto u otros pavimentos. En cuanto a los aspectos históricos, los patios son buenos testigos del pasado. En su configuración podemos leer las diversas etapas de conformación de una ciudad.
Un ejemplo de ello son los jardines de la ciudad de Mérida que aun cuentan con una configuración tipo solar maya. Éstos nos hablan de la propia historia de consolidación de la ciudad ya que el crecimiento de la mancha urbana ha ido adhiriendo a su paisaje zonas semi-rurales que mantienen este tipo de configuraciones residenciales.
Entonces los espacios exteriores residenciales contribuyen de forma significativa al paisaje de una ciudad. Esto da la posibi- lidad a cualquier habitante de “hacer paisaje” desde su propio patio, jardín o espacio exterior residencial y pensar la propia conformación del paisaje también como el resultado de micro procesos realizados por los habitantes de una ciudad.