Abejas… ¿Solitarias?
Abejas…¿Solitarias?Conoce más sobre estas especies con Fabiola Cardeña.
Hoy vengo a hablarte sobre unos extraordinarios insectos polinizadores como lo son, las abejas solitarias. ¿Sabías que en el mundo existen poco más de 20 mil especies descritas de abejas? Y
que, ¿de ese total el 75 % de estas viven una vida solitaria? Para entrar en tema, hay que dejar en claro que existen, a muy grandes rasgos, tres grandes grupos de abejas; las más famosas cuando escuchamos la palabra abeja son las sociales, donde nos viene a la mente la típica imagen de una colonia de cientos o miles de obreras trabajando y cumpliendo su rol dentro de una colmena para proteger desinteresadamente, alimentar y reunir materiales de anidación para ayudar con la descendencia de su reina.
Otro grupo de abejas son las famosas parásitas encargadas de robar colmenas enteras o trabajadoras para crear su propia descendencia, y por fin, el grupo por el que estamos aquí: las solitarias.
Este magnífico grupo de abejas donde la hembra construye su propio nido, lo defiende de intrusos, parásitos y predadores, buscan su propio alimento como polen, néctar o aceites florales tanto para ellas como para su descendencia. Las podríamos llamar las mamás solteras empoderadas de la naturaleza. Estas, exhiben una extraordinaria diversidad en morfología, comportamiento de apareamiento, historia de vida, arquitectura en la creación de sus nidos, comportamientos de forrajeo únicos, tanta diversidad que necesitaría- mos un libro entero para ellas.
Otra de las diferencias entre las abejas sociales y las solitarias, es el periodo de actividad adulta. ¿Qué quiere decir esto? Las abejas solitarias pueden vivir de unas pocas semanas a un mes, a menudo coincidiendo con la disponibilidad de recursos florales en especial cuando son polinizadoras de una planta en específico (relación planta-hospedero), por lo que se ven “apresuradas” a generar descendencia en un corto plazo, en pocas palabras, el tiempo lo es todo para ellas; a diferencia de las sociales que pueden tener varias generaciones en un mismo año.
La gran mayoría de estas abejitas anidan bajo tierra con madrigueras de hasta cinco metros de profundidad, otras modifican cavidades preexistentes donde ellas transportan materiales adecuados para su anidación, ahora sí que dependiendo de la especie dependerá el material de su preferencia para hacer cómodo el nido para su descendencia. Hay otro tipo de abejas solitarias que excavan nidos en madera o bien, hay registro de estas en las urbes que realizan sus nidos en pequeños huecos del tamaño de un tornillo o donde hubo alguna vez algún clavo, solo basta con prestar atención a nuestro alrededor para darnos cuenta de la presencia de estas magníficas polinizadoras. Elegir su sitio de anidación es una importante decisión para ellas, ya que durante su desarrollo están confinadas a un solo lugar.
Son especies sumamente frágiles, en especial cuando están especializadas a un solo tipo de flor para su alimentación. A esto, se le van sumando las diferentes amenazas a las cuales se enfrentan estos polinizadores como los efectuados por los disturbios ambientales o de origen antrópico como el mal uso de plaguicidas, cambio climático o por la introducción de especies a sus hábitats que las orilla a desplazarse hasta su desaparición. Aún queda mucho por hablar de estas magníficas abejas, sin embargo, creo que esta viene siendo una buena introducción para darles un poco de los reflectores que tanto merecen por ser uno de los polinizadores más importantes y determi- nantes para las plantas silvestres como cultivadas, así como para la regeneración e integridad de los ecosistemas de nuestro planeta.