El Arquitecto Alberto Kalach fusiona las construcciones históricas de la hacienda con una impresionante paleta vegetal. Matices nuevos sobre el pasado se unen creando una experiencia sensorial única.
Atravesamos Izamal por la mañana, la cual es una de las ciudades coloniales más interesantes y atractivas de Yucatán. A continuación recorrimos la carreterahacia la comunidad de Tepakán, a la cual pertenecen siete haciendas, siendo Tzalancabla más relevante de ellas, debido a su dimensión.
Entramos a la propiedad a través de un Sacbé (“camino blanco”) inmerso entre la abundante vegetación de selva baja caducifolia.
Comenzábamos a comprender la inmensidad y espesura del terreno (el cual cubre aproximadamente 3,000 hectáreas). El calor y la humedad propia de la estación, así como una sinfonía de pájaros e insectos, fueron los primeros elementos que nos dieron la bienvenida al lugar.
Fotografía: Molino Lab.
Los ejemplares del Henequén (Agave fourcroydes) que bordean el camino hasta llegar a la Casa de Máquinas1, recuerdan a los visitantes el pasado de la propiedad, la cual servía para la explotación de la fibra de esta planta, durante el auge del llamado “oro verde”, en el siglo XIX; posteriormente la hacienda fue destinada para uso ganadero, actualmente se utiliza con fines habitacionales y recreativos.
Desde que fue adquirida por los actuales propietarios el Arquitecto Alberto Kalach ha llevado a cabo intervenciones que incluyen la restauración de las edificaciones y el desarrollo de un proyecto de paisaje a lo largo de diversas áreas de la propiedad.
Camino de acceso a la hacienda bordeado de Henequén. Fotografía: Molino LabMapa de las zonas de la Hacienda Tzalancab. Ilustración: Bettina Vargas
Continuamos nuestro recorrido en compañía de nuestro guía, José Poot. Observamos en medio de la vegetación una plaza confinada entre muros: habíamos llegado al “Jardín de las ceibas”, conformado por impresionantes ejemplares de dicha especie (Ceiba pentandra), varios de los cuales han sido testigos de la historia de la hacienda por 150 años.
En este momento se sumó al cantar de los pájaros, el sonido de la escorrentía de agua, un preámbulo perfecto a la casa principal, la cual encontramos al atravesar el jardín.
Al frente una de las hermosas ceibas en el Patio de las Ceibas, detrás el estanque de la casa principal. Fotografía: Molino Lab
Admirando la casa principal notamos cómo lograron conservar la mayoría de sus elementos arquitectónicos originales.
Sus pórticos funcionan como terrazas de observación del paisaje, desde donde contemplamos en el sur “Jardín de las ceibas” y en el pórtico norte el jardín ornamental que cuenta con Cycas revolutas, Zamias furfuráceas; árboles como el pich(Enterolobium cyclocarpum), de enormes dimensiones, ejemplares de pixoy (Guazuma ulmifolia), ceibas y otras especies.
En la azotea de la casa principal se ha instalado un “techo verde”, esta zona fue convertida en una fuente de energía renovable, ya que se insertaron paneles solares que activan el sistema de bombeo y con esta energía circula el agua de las fuentes y de los canales que rodean a la construcción.
Al salir de la casa principal, visitamos el huerto, el cual ha sido reestablecido en su sitio original por el Arquitecto Kalach.
En él pudimos apreciar árboles de cítricos, frutales, y el tradicional kanché (mesa de cultivo maya) con algunas hierbas aromáticas.
El techo de la casa principal se usa como “techo verde” y como espacio de relajación. Fotografía: Molino LabFotografía: Molino Lab1. Coa cabeza negra 2. Mirlo café 3. Calandria dorso negro Mayor Fotografía: Carlos EscamillaFauna de la hacienda. El gusano Tzatz es un platillo exótico de la gastronomía mexicana. Fotografía: Molino Lab
LA TERRAZA Y PISCINA
La zona recreativa de la piscina está precedida por un sendero recubierto de malangas (Alocasia macrorrhiza) y helechos machos (Nephrolepis exaltata).
Fotografía: Molino Lab.Fotografía: Molino Lab.
EL PALMERAL
Un recorrido con forma de espiral acompañado de setos formados por distintas especies de palmas, abrazan un espacio de contemplación y lectura.
Fotografía: Molino Lab
EL TALUD
Zona recreativa dedicada a los niños, también llamada “Cuernito” o “Croissant”, por su forma. Las pendientes del talud funcionan como resbaladillas.
Fotografía: Molino Lab
LA CASA DE HUÉSPEDES
Un rincón cubierto de diseño de paisaje, en donde al igual que en la casa principal, el Arquitecto Kalach agregó una escalera exterior, para poder dar uso a la azotea como plataforma de observación.
Fotografía: Molino Lab
EL HUMEDAL
Todo el excedente de agua se deposita en un humedal Fotografía: Molino Lab
Intervenciones como esta demuestran que el rescate de edificios históricos en abandono, a partirde una restauración responsable y auténtica, de la manocon un paisajismo sustentable; son un ejemplo de éxito, elcual es necesario replicar en muchos sitios de nuestro país.
Outdoor dining of the main house. Photography: Molino Lab
LITERATURA CONSULTADA
1Edificio en donde se encontraban las máquinas para procesar la fibra del henequén. / Building that contained the machinery used to process the henequen fiber.
Hacienda Tzalancab: Experiencia cultural y sensorial
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El Arquitecto Alberto Kalach fusiona las construcciones históricas de la hacienda con una impresionante paleta vegetal. Matices nuevos sobre el pasado se unen creando una experiencia sensorial única.
Por: Bettina Vargas, Claudina Vargas y Silvia Porraz
Atravesamos Izamal por la mañana, la cual es una de las ciudades coloniales más interesantes y atractivas de Yucatán. A continuación recorrimos la carretera hacia la comunidad de Tepakán, a la cual pertenecen siete haciendas, siendo Tzalancab la más relevante de ellas, debido a su dimensión.
Comenzábamos a comprender la inmensidad y espesura del terreno (el cual cubre aproximadamente 3,000 hectáreas). El calor y la humedad propia de la estación, así como una sinfonía de pájaros e insectos, fueron los primeros elementos que nos dieron la bienvenida al lugar.
Los ejemplares del Henequén (Agave fourcroydes) que bordean el camino hasta llegar a la Casa de Máquinas1, recuerdan a los visitantes el pasado de la propiedad, la cual servía para la explotación de la fibra de esta planta, durante el auge del llamado “oro verde”, en el siglo XIX; posteriormente la hacienda fue destinada para uso ganadero, actualmente se utiliza con fines habitacionales y recreativos.
Desde que fue adquirida por los actuales propietarios el Arquitecto Alberto Kalach ha llevado a cabo intervenciones que incluyen la restauración de las edificaciones y el desarrollo de un proyecto de paisaje a lo largo de diversas áreas de la propiedad.
Fotografía: Molino Lab
Ilustración: Bettina Vargas
Continuamos nuestro recorrido en compañía de nuestro guía, José Poot. Observamos en medio de la vegetación una plaza confinada entre muros: habíamos llegado al “Jardín de las ceibas”, conformado por impresionantes ejemplares de dicha especie (Ceiba pentandra), varios de los cuales han sido testigos de la historia de la hacienda por 150 años.
En este momento se sumó al cantar de los pájaros, el sonido de la escorrentía de agua, un preámbulo perfecto a la casa principal, la cual encontramos al atravesar el jardín.
Fotografía: Molino Lab
Sus pórticos funcionan como terrazas de observación del paisaje, desde donde contemplamos en el sur “Jardín de las ceibas” y en el pórtico norte el jardín ornamental que cuenta con Cycas revolutas, Zamias furfuráceas; árboles como el pich (Enterolobium cyclocarpum), de enormes dimensiones, ejemplares de pixoy (Guazuma ulmifolia), ceibas y otras especies.
Fotografía: Molino Lab
Energía sustentable
En la azotea de la casa principal se ha instalado un “techo verde”, esta zona fue convertida en una fuente de energía renovable, ya que se insertaron paneles solares que activan el sistema de bombeo y con esta energía circula el agua de las fuentes y de los canales que rodean a la construcción.
Al salir de la casa principal, visitamos el huerto, el cual ha sido reestablecido en su sitio original por el Arquitecto Kalach.
En él pudimos apreciar árboles de cítricos, frutales, y el tradicional kanché (mesa de cultivo maya) con algunas hierbas aromáticas.
Fotografía: Molino Lab
LA TERRAZA Y PISCINA
La zona recreativa de la piscina está precedida por un sendero recubierto de malangas (Alocasia macrorrhiza) y helechos machos (Nephrolepis exaltata).
EL PALMERAL
Un recorrido con forma de espiral acompañado de setos formados por distintas especies de palmas, abrazan un espacio de contemplación y lectura.
EL TALUD
Zona recreativa dedicada a los niños, también llamada “Cuernito” o “Croissant”, por su forma. Las pendientes del talud funcionan como resbaladillas.
LA CASA DE HUÉSPEDES
Un rincón cubierto de diseño de paisaje, en donde al igual que en la casa principal, el Arquitecto Kalach agregó una escalera exterior, para poder dar uso a la azotea como plataforma de observación.
EL HUMEDAL
Intervenciones como esta demuestran que el rescate de edificios históricos en abandono, a partir de una restauración responsable y auténtica, de la mano con un paisajismo sustentable; son un ejemplo de éxito, el cual es necesario replicar en muchos sitios de nuestro país.
Photography: Molino Lab
LITERATURA CONSULTADA
1 Edificio en donde se encontraban las máquinas para procesar la fibra del henequén. / Building that contained the machinery used to process the henequen fiber.
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