El Jardín del Descubrimiento

“Te Kaapuia (la cafetería) o Te Waoku (el teléfono) – Todos somos parte de la naturaleza. El Jardín del Descubrimiento es una increíble aula viviente donde las mentes curiosas pueden explorar y aprender sobre el mundo natural. Nos enfocaremos en los fantásticos y diversos usos de las plantas: alimento, fibras, medicina y hasta construcción.” – Wellington City Council

Plano de conjunto
Dibujo: Isthmus

Localizado en una ladera pronunciada y expuesta entre el centro de visitantes y el parque infantil Treehouse, el sitio de 1,500 m² se encuentra en el centro del Jardín Botánico de Wellington. El consejo municipal de Wellington se puso en contacto con Isthmus para construir un jardín para niños, y enfocarse en las muchas formas en las que las plantas sostienen la vida humana: proveyendo alimento, fibras, materiales de construcción y medicinas. El resultante Jardín del Descubrimiento es un salón de clases, formado por la visión de acercar a la gente a las plantas y a la naturaleza.

Corte, entrada zanja
Dibujo: Isthmus

Los principales desafíos para la creación de este jardín fueron: establecer un acceso a través de una zanja cubierta con madera y con la especie Cyathea dealbata, así como construir una secuencia de espacios lúdicos con microclimas para cultivar plantas. Los nodos de aprendizaje como la cabaña de construcción y la plataforma de roble, se colocaron en este paisaje para llevar a cabo varias actividades, como construir cosas y hacer experimentos. El agua es guiada a través de surcos para el cultivo de “comestibles increíbles”, usando la topografía como un elemento lúdico y con un propósito. Se establecieron tanques de agua de lluvia y canales interactivos de bambú, en donde el agua fluye para luego ser reciclada de forma segura, y así pueda ser usada por plantas y personas.

Área de juego acuático
Fotografía: David St George

En el relieve localizado en el centro del jardín yace un nuevo pabellón de aprendizaje, el cual actúa como el punto de encuentro principal para talleres escolares, eventos, cuidar los jardines verticales y los jardines móviles, y en general para pasarla bien. Este es un espacio cubierto para construir y hacer, creando conexiones entre la comunidad y la naturaleza. Los arquitectos de Isthmus diseñaron la edificación en colaboración con nuestros arquitectos de paisaje, trabajando juntos para traer consigo mejores resultados a través de oportunidades de aprendizaje integrado.

Canales interactivos de bambú
Fotografía: David St George

Traer esta visión a la realidad requirió de una fuerte relación de trabajo con el personal especialista del jardín botánico y con los amigos del jardín. Primero se necesitó confirmar la gama de especies que podrían satisfacer los desafíos que presentaba el lugar, tales como: estar localizado en una ladera muy empinada expuesta a todos los vientos, el hecho de cómo las plantas podrían ser agrupadas en zonas de microclimas, y dónde podrían conseguirse dichas plantas. Las plantas se trajeron de lugares tan al sur como Balclutha, se acudió a pequeños viveros especializados, los cuales fueron difíciles de encontrar. Un diseño que evitara daños a las raíces de los árboles fue otro elemento en el que se enfocó el equipo, trabajando muy de cerca con el arborista.

Corte, Pabellón de aprendizaje y terrazas
Dibujo: Isthmus

Se realizó una profunda investigación aprovechando el conocimiento especializado del sitio y su potencial de albergar diversos tipos de plantas, para crear las materias primas que serían utilizadas para ayudar a contar la historia y crear nuevas experiencias sobre «Plantas para la Vida». Con un enfoque en aprender divirtiéndose, la colección es organizada de una forma entretenida para darle un nuevo significado a los términos “comida rápida y comestibles increíbles”, “mezcla muesli”, “colorante sano” y “desarrollo silvestre”. Nuestra primera guía en el proceso de investigación fue mana whenua (derechos de la tierra), conectándonos de vuelta a la historia del jardín como mahinga kai (producción de alimentos) para Taranaki Whānui* (General Taranaki).

Cosecha de vegetales y terrazas de producción
Fotografía: David St George

“Reconectar a la gente con la naturaleza a través de la experiencia práctica en un jardín para niños es parte de una conversación y reinterpretación global de los Jardines Botánicos, para aumentar su relevancia en nuestra vida cotidiana y, cada vez más urbana.”

Mirador del roble
Dibujo: Isthmus

Actualmente Wellington cuenta con su propio Jardín del Descubrimiento, inaugurado en septiembre de 2017. Este espacio es un nuevo destino para que diversos visitantes lo disfruten, y también alberga un muy visitado centro de educación para niños de todas las edades, el cual ofrece sus servicios durante periodos lectivos, y durante programas de vacaciones. “Tenemos una visión a largo plazo; estamos sembrando las semillas del futuro, para que cuando estos niños se conviertan en adultos sepan lo que pueden cultivar en la ciudad. Aunque el jardín es nuevo ya se ve muy bien establecido, tiene grandes árboles esparcidos por el lugar que proveen una estructura alrededor de la cual todo lo demás ha sido construido y plantado. Estamos muy felices de que la gente venga al jardín y que lo disfruten, que tengan un picnic y exploren el lugar”. – WCC

Vista hacia los árboles de olivo
Fotografía: David St George

Aunque la fase final del Jardín del Descubrimiento no ha sido completada aún, el diseño ha transformado un área de poco uso en el jardín botánico en un centro vital de actividades para niños y sus familias, para que aprendan más sobre el mundo natural y su comunidad. En las siguientes etapas se construirán un mirador y senderos a través de la arboleda de pōhutukawa (Metrosideros excelsa), lo cual añadirá al descubrimiento y proveerá una mayor gama de experiencias tanto para grupos escolares como para los visitantes cotidianos.

Área para construcción de cabañas
Fotografía: David St George