Hidroponía: El Arte de Cultivar Plantas sin Tierra
La hidroponía tuvo su origen formal en 1937 con una publicación de William Frederick Gericke de la Universidad de California dentro de la prestigiada revista Science, en donde se le define etimológicamente a partir del vocablo hidro – agua y ponos – trabajo, término que incluye a todas las formas de cultivo sin suelo 1.
Es así que comienza a divisarse el horizonte de ésta tecnología y su desarrollo, el cual fue estimulado gracias a las expectativas y necesidades que generaba la Revolución Verde del siglo XX.
Actualmente, la definimos como un sistema de cultivo agrícola, en donde las raíces son regadas constantemente o sumergidas en agua con suficiente oxígeno, una proporción específicamente definida de nutrientes y un sostén físico de naturaleza diversa, pudiendo ser orgánicos como la fibra de coco o algunas turbas; sintéticos como espumas o resinas porosas; e inorgánicos como lana de roca, arenas o micas 2.
Gracias a ello, dentro de las ventajas más notables de la hidroponía se encuentra la reducción considerable en la utilización de agua, fertilizantes, plaguicidas y otros agroquímicos, convirtiéndolo en un sistema notablemente amigable con el medio ambiente; lo cual en consecuencia favorece la salud de los consumidores que se alimentan de estos productos.
Igualmente, es una práctica altamente productiva, ya que los tiempos del ciclo de vida de las plantas son menores y necesitan menos espacio, así como la posibilidad de tener una mayor densidad vegetal a diferentes escalas, las cuales pueden ser desde una pequeña azotea verde en nuestro departamento hasta hectáreas de producción intensiva de grandes empresas.
Existen muchas variantes de éste tipo de técnica, puede ser de manera particular en albercas en donde se encuentre sumergida la raíz; en canaletas de PVC en donde se irrigue una lámina delgada de solución nutritiva y en camas o bloques de sustrato en donde se establezca una tubería de riego particular.
Ahora bien, debido a las bondades de éste sistema de cultivo vegetal, se ha incluido en alternativas de desarrollos novedosos de paisaje, como muros y azoteas verdes o pequeños huertos urbanos.
Para tal fin, lo primordialmente necesario es definir qué vamos a sembrar (ya sea para fines de paisaje o de alimentación), ya que con ello determinaremos el mejor uso de los nutrientes, el agua y el tipo de estructura (sustratos, sistemas, etc.) y por lo tanto la inversión requerida.
Además de ello, se han desarrollado técnicas como la aeroponía y acuaponía, en el primer caso, un sistema novedoso basado en torres con orificios en donde se colocan las plantas y las raíces quedan “flotando” hasta que se les rocía agua con nutrientes; en el segundo caso, la base es la utilización de los desechos orgánicos de peces, con los cuales se cubre la nutrición de las plantas dentro de albercas anexas 2.
Ambos sistemas, resultan ser novedosas en el sentido de utilización de espacio y su alineación con los principios de las prácticas de producción meramente orgánicas.
La versatilidad de la hidroponía ha revolucionado la manera en que vemos la agricultura, la producción de alimentos y el diseño de espacios verdes, por lo que podemos augurar que los próximos años son bastante prometedores para el arte del cultivo sin suelo, ya sea en un muro de la ciudad o en un invernadero de producción intensiva.
1 Gericke WF. 1937. Hydroponics – Crop production in liquid culture media. Science, 85(2198):177-8.
2 Benton J. 2005. Hydroponics a practical guide for soilless grower. CRC Press.
3 http://www.prnewswire.com/news-releases/growth-in-the-hydroponics-food-industry-set-to-outpace-global-markets-by-80-241264701.html