El universo como parte del paisaje

En el siguiente artículo la arquitecta Ivonne Walls nos habla sobre el universo como parte del paisaje.

A lo largo de la historia, el Universo ha sido una fuente de inspiración para el ser humano, y el eterno movimiento de los astros ha marcado la forma en que éste percibe su propio mundo. El incesante juego de los planetas como algo constante e inmutable a través de la historia de la humanidad, le ha permitido adaptarse a un entorno regido por las leyes de la naturaleza.

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Fotografía: Flexdream, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

Desde sus orígenes, el diseño de las casas y construcciones tradicionales se ha basado en factores geológicos como el clima, la iluminación, los vientos y la topografía, que son elementos determinados por los ciclos estacionarios derivados del movimiento de los astros alrededor del sol. Las estaciones del año, que cambian conforme su posición y movimiento, han permitido al hombre entender cómo funciona su entorno, pero no sólo eso: también le han permitido acceder a un mundo de imaginación, creatividad y arte basado en las leyes de la naturaleza.

El surgimiento de la astronomía, una de las ciencias más antiguas de la humanidad, puede explicarse primeramente por sus funciones prácticas, ya que los conocimientos de los ciclos celestes permitieron al hombre calcular el tiempo y predecir los cambios estacionales en la naturaleza. Esto facilitó su adaptación al entorno físico y le permitió planificar y recolectar las cosechas de diferentes alimentos, asegurando su alimentación y supervivencia.

Los astros y estrellas, como referentes espaciales permanentes de nuestro paisaje, determinan el nivel de las mareas y el flujo e intensidad de los vientos, lo que ha servido también para orientar a los viajeros a través de los siglos, permitiendo el conocimiento del mundo y la actividad comercial. Sin embargo, no sólo por una cuestión funcional el orden celeste influyó en la vida del ser humano, sino que también dio origen a mitos y simbolismos que vemos reflejados hoy en edificaciones cuyas orientaciones han sido claves en la arquitectura.

Muchas de estas construcciones, jardines y paisajes reflejan el intento de sus planificadores por recrear y perpetuar el orden cósmico en su entorno terrenal a pesar de las diferencias ambientales y de la diversidad cultural (que también juegan un papel importante en su diseño).
El “Jardín de la Especulación Cósmica”, creado por el arquitecto paisajista Charles Jencks en Dumfriesshire, Escocia, ejemplifica a la perfeción ese deseo innato del hombre por entender, reproducir y, en cierta forma, controlar ese espacio infinito que nos gobierna y define.

Cells of life by Charles Jencks
Fotografía: Magnus Hagdorn, CC BY 2.0, vía flickr

Así, el entendimiento de los procesos del universo y de los alineamientos planetarios han intervenido en el diseño arquitectónico, paisajístico y en la planeación urbana, contribuyendo a la solución de problemas prácticos como la determinación del mejor lugar para ubicar una ciudad (considerando accesos y cercanía a ríos y a agua potable), del sistema constructivo adecuado para la resistencia y confort de las viviendas (utilizando materiales propios de la región), para la elaboración de paisajes y el diseño de jardines (usando plantas y vegetación nativa y endémica del lugar), y de la determinación y trazo de los lugares aptos para la siembra, etc.

Más allá de lo anterior, el cielo, tanto de noche como de día, es un elemento inseparable del paisaje y ha moldeado nuestro modo de vernos y de ver el mundo a lo largo de los siglos.

Gracias a la evolución social, cultural, científica, tecnológica e industrial, la bóveda celeste y el espacio que han inspirado al arte, ofrecen medios que nuestros antepasados no habrían podido imaginar para profundizar en la realidad y la belleza del cosmos, y develar maravillas visuales que amplían el significado del firmamento como parte del paisaje natural. En los últimos años, incluso se han empezado a construir espacios destinados a la observación del cielo y a sus asombrosos fenómenos para acercarnos a ese universo que nos envuelve y determina.

Kakslauttanen, Lapland, Finland
Fotografía: Greenland Travel, CC BY 2.0, vía flickr

La arquitectura de paisaje cada vez ha tomado más relevancia, apoyada en el concepto de convertir las viviendas y/o edificios y los espacios abiertos en lugares sustentables que optimicen los recursos naturales y cubran las necesidades humanas a través del uso de la geografía, la jardinería, la horticultura, la composición artística y la organización espacial para crear espacios atractivos y funcionales para distintos usos.

El diseño del paisaje es un componente importante del diseño efectivo de edificios, pues utiliza los elementos naturales para hacerlos confortables y funcionales. Los elementos del paisaje pueden proporcionar beneficios a los edificios como protegerlos del sol, del viento, facilitar el enfriamiento pasivo y brindar oportunidades para la ventilación natural, reduciendo costos y favoreciendo las condiciones del planeta. Además, pueden ser útiles para limpiar el aire y el agua, reducir las inundaciones, mejorar la estética, desarrollar hábitats ecológicos para la vida silvestre, etc.

Kakslauttanen, Lapland, Finland
Fotografía: Greenland Travel, CC BY 2.0, vía flickr