Desafíos de la movilidad

Aprende sobre los “Desafíos de la movilidad” con Ivonne Walls.


A grandes rasgos existen 4 tipos de movilidad: movilidad peatonal, movilidad mecánica (bicicletas, patines o patinetas), movilidad en vehículos de motor privados, comerciales o colectivos (automóvil, motocicleta, camión, metro) y movilidad virtual. Cada una de ellas requiere un tratamiento adecuado y especial para que cumplan con su función de conectores y de puntos de encuentro e interacción social.

La tendencia actual de diseño propone una jerarquía entre los diferentes tipos de movilidad que haga más amigable, eficiente y seguro el desplazamien   to, dando prioridad a los medios peatonales (más vulnerables) y menos a los vehículos motorizados, utilizando adecuadamente los principales elementos de movilidad en los paisajes que son: los senderos, las calles, las ciclovías, las plazas, los parques, los jardines, los ríos, y los espacios abiertos como explanadas o espacios de usos múltiples.

Sin embargo, el desafío de la movilidad no se limita al incremento y mejoramiento de las infraestructuras necesarias para su uso, sino también a dar la posibilidad al usuario de adaptar su movilidad en función de sus necesidades.

Se trata de entender y diseñar los espacios de la movilidad como verdaderos espacios de vida, y no como simples lugares de paso, lo que implica comprender la evolución de la movilidad urbana a través de los medios de locomoción y los espacios construidos o adaptados para su circulación.

Jerarquía movilidad
Ilustración: Landuum

Los cambios en la implementación de programas para la movilidad urbana, han permitido mejorar los recorridos en las ciudades y se están convirtiendo en parte de un ecosistema saludable para transitar a través de ellas, de forma que cumpla con objetivos sociales y brinde beneficios claros a las personas.

Uno de los elementos básicos de la configuración del diseño del paisaje son los espacios libres: calles, plazas, parques, patios, jardines, terrenos baldíos, entre otros. Estos se convierten en lugares de paso, vivencia, contemplación y encuentro. A través de estos espacios se desarrolla la circulación y el desplazamiento de las personas en dirección a sus viviendas o a sus actividades de trabajo, ocio o recreación.

La calidad de estos espacios está vinculada a cómo es utilizada por la comunidad y, la apropiación del espacio por parte de los individuos se relaciona con el uso efectivo que puedan hacer de él. El atractivo de estos espacios reside en la cantidad y calidad de experiencias sensoriales que brindan.

Repartidor recorriendo la ciudad
Fotografía: artem-podrez – Pexels

La incorporación de la movilidad entendida como un derecho de todas las personas, en las agendas de políticas públicas resulta fundamental como parte de los desafíos de nuestras ciudades del Siglo XXI. Es fundamental que se promueva la planificación para lograr una movilidad urbana sustentable, segura y accesible. La movilidad, en definitiva, es una facilitadora de vínculos entre los habitantes, los espacios, bienes y servicios. Mientras una persona realiza sus distintos desplazamientos, reconoce su entorno

y reconstruye el paisaje. De ese modo se apropia del espacio y lo constituye en lugares.

Sugerencias de diseño para mejorar la movilidad:

En primer lugar, se debe promover la movilidad alternativa (senderos peatonales, corredores verdes, terrazas, vías de circulación multiuso que vinculen distintos edificios y espacios de servicios o recreación), teniendo en cuenta el diseño paisajístico como parte de la experiencia de la movilidad. De este modo se reforzará el sentimiento de apropiación.

En segundo lugar, el transporte no motorizado y el transporte público deben ir siempre de la mano, ya que es prácticamente imposible que en una ciudad contemporánea se pueda llegar pedaleando y caminando a todas partes. En cambio, sí es posible pensar en viajes cortos a pie o en bicicleta y viajes más largos en transporte público. En cada extremo del viaje en transporte público se requiere que el usuario sea peatón o ciclista, por lo que la integración entre estos modos y el transporte público es esencial.

Por último, es fundamental promover medios alternativos de movilidad sustentables que consideren el tipo de vehículo, su fuente de energía, la infraestructura de movilidad existente, y el tiempo de los traslados. El espacio público de los desplazamientos cotidianos es, en definitiva, producto y medio de reproducción de las relaciones sociales. La movilidad, escenario de nuestro día a día, debe ser prioridad de la agenda urbana de políticas públicas para encauzar nuestras ciudades hacia una movilidad sustentable y más equitativa para todos.

Actualmente, más personas viajan más lejos y más rápido que en cualquier otro momento de la historia. Esta movilidad ha impulsado los avances económicos y sociales en todo el mundo. Sin embargo, ha tenido un costo, comprometiendo la seguridad, la salud, la equidad, la eficiencia y planteando amenazas ambientales locales y globales.

En el futuro, una población mundial en crecimiento combinada con una urbanización acelerada aumentará la demanda de transporte en las ciudades. El transporte público, la movilidad activa y compartida, y la movilidad entendida como servicio, son esenciales para mitigar los impactos de esa demanda. Es necesario un nuevo enfoque de la movilidad que incluya (pero vaya más allá de la dependencia exclusiva del automóvil), una movilidad sostenible, eficiente, ecológica y humana que nos permita reencontrarnos con los lugares y con sus recorridos, convirtiéndonos en parte del paisaje e integrándonos a él.

Espacio de descanso
Fotografía: mart-production – Pexels