Conexión Entramada
La nueva realidad que nos ha dejado la pandemia COVID-19 nos ha llevado a valorar los espacios públicos para la interacción social y la recreación, al mismo tiempo que nos impide continuar usando los mismos de la manera usual. Esta circunstancia resulta en la implementación a nivel mundial de estrategias y diseños que permiten aprovechar de una forma segura el espacio de parques y plazas.
Un ejemplo de esto es el proyecto implementado en el Domino Park en Nueva York, donde se utiliza una solución sencilla y reversible, trazando círculos en los espacios ajardinados para indicar los lugares donde pequeños grupos podrían colocarse para disfrutar el sol.
Otros proyectos implican la utilización de mobiliario urbano en plazas públicas, como el Gastro Safe Zone en República Checa y la propuesta de Architecture for Humans, donde se utilizan bancas individuales o para pequeños grupos, fáciles de instalar y limpiar, colocadas en “zonas seguras” delimitadas, manteniendo siempre dos o más metros de distancia.
Nuestra propuesta retoma estos principios y los adapta a la realidad del espacio público en Mérida, bajo las circunstancias de la pandemia COVID-19. Los parques han buscado siempre ser lugares donde se fomente la convivencia, y a pesar de que ahora no se puede buscar fomentar las interacciones de la misma forma que antes, este proyecto busca propiciar la conexión y otorgar a las personas que lo visiten una manera de cubrir las necesidades humanas de socialización, movimiento y contacto con la naturaleza.
Siendo la prioridad de este proyecto procurar la seguridad de los usuarios en las circunstancias de la pandemia, se buscó seguir lineamientos de salud pública proporcionados por la OMS y el Gobierno Estatal, procurando colocar módulos de sanitización accesibles desde cualquier punto del parque, planteando caminos de entre dos y tres metros de ancho según su jerarquía y dispersando los espacios planteados para realizar actividades específicas.
La estructura del parque se da de manera natural al proponer dos puntos de accesos principales, conectados por una serie de caminos perimetrales y al interior del espacio. Estos permiten realizar actividades dinámicas, desde el tránsito de personas en camino hacia otro punto de la ciudad hasta aquellas de mayor permanencia como caminar, correr, montar bicicleta, etc. Se separa una ruta para bicicletas en el perímetro del lote, y una serie de anchos caminos peatonales para recorrer el espacio.
Las demás actividades se desarrollan en los espacios resultantes entre los caminos, designando los lugares para picnics con uso de mobiliario, espacios de descanso marcados en el pasto, actividades recreativas, y ejercicios como yoga. En todos los casos, se procura colocar módulos sanitizantes al alcance y marcar claramente los espacios y rutas necesarios para mantener una sana distancia.
Como complemento, se buscó proponer una cantidad abundante de árboles y unas pequeñas lagunas artificiales, para generar sombra y dar frescura al espacio, ya que esto es una cualidad indispensable para lograr tener un espacio vital en la ciudad de Mérida.
Se propone una paleta vegetal conformada principalmente por árboles de mediano y alto porte, muy usados en la región, y con las características apropiadas para uso en calles y espacios públicos.
Consideramos que este proyecto de parque ofrece una amplia cantidad de actividades posibles en un entorno agradable y seguro que permite a los usuarios aprovechar el espacio público, y resulta una opción viable de actividad física, recreativa y social, cubriendo todos los lineamientos de salud ante la pandemia.