Yoshimi

Conoce Yoshimi,un proyecto de un restaurante con un jardín inspirado en la naturaleza japonesa por el arquitecto Alfonso Muray.

Ubicado en el hotel Hyatt Regency Mexico City, en el corazón de Polanco; el reconocido restaurante reabre sus puertas y presenta su nueva identidad, cuyo diseño minimalista y funcional enaltece la tradición y vanguardia de Japón. En la cultura japonesa el método Kaizen evoca la idea de realizar una serie de cambios para fomentar una mejora con tinua. Inspirado en esta premisa, el restaurante Yoshimi transformó su experiencia, preservando su impronta: el apego a la cocina tradicional, que lo ha iden tificado desde hace varias décadas como un referente imprescindible en la escena culinaria de la Ciudad de México.

 

Una parte fundamental para la transformación, se puntualiza en la revitalización de la arquitectura y el diseño interior. Comisionado por el estudio de Akira Kameta Miyamoto, el proyecto plasma un es tilo tradicional, funcional y contemporáneo, a par tir de tres pilares elementales: la sencillez, la armonía y la reinterpretación fiel de la cultura nipona. Para esto, además de conservar el emblemá tico jardín zen, se creó un conjunto de ambientes par ticulares que ofrecen dis tintas perspec tivas para el comensal: un salón principal, una barra de sushi, salones privados y un corredor que los comunica y en donde son exhibidas piezas de cerámica tradicional japonesa.

 

Interior del restaurante
Fotografía: Cortesía de Hyatt Regency Mexico City

En cada atmósfera se aprecia la búsqueda de un canon visual a par tir de líneas y volúmenes geométricos. La calidez de la madera en tonos neutros resalta en los muros, gracias al trabajo realizado con el mo tivo Asa, considerado desde el periodo Heian como un talismán que expresa la prosperidad, labrado a partir de la ancestral técnica Kumiko. La exquisita ebanistería, que contrasta con los ma tices grises del porcelanato y el mobiliario en madera y cuero, confiere al espacio un componente de sencillez sin ar tificio. En el salón principal, donde destaca la delicada escultura en tela de lino de la artista Agnieszka Kotecka, los motivos de buena suerte se magnifican en mamparas y muros que brindan privacidad sin renunciar a la luminosidad. En los salones privados, cuyos techos inclinados rememoran la estructura de las típicas casas chashitsu, se rinde tributo a la legendaria ceremonia del té al crear espacios acogedores bañados por una luz serena y sutil, que dialoga con la arquitectura y expresa el carácter dramático del juego de luces y sombras.

Madera en tonos neutros resalta en los muros
Fotografía: Cortesía de Hyatt Regency Mexico City

El deleite sensorial es un valor preponderante en Yoshimi, por ello el jardín zen, un área privada y al aire libre, recobra su esplendor para invitar a la contemplación en una de las zonas con más actividad de la ciudad. En su paisajismo, obra del arquitecto Alfonso Muray, se reinterpreta el concepto karesansui para introducir al visitante a la autore flexión, mientras admira una composición orgánica en la que intervienen el paisaje prestado del jardín Winston Churchill, un denso muro de bambú y once rocas distribuidas en cinco islas rodeadas por arena de mármol blanco, rastrillada con patrones ondulantes para evocar las olas del mar.

“En su paisajismo, se reinterpreta el concepto karesansui para introducir al visitante a la autore flexión.”

Jardín Zen
Fotografía: Cortesía de Hyatt Regency Mexico City

En el nuevo capítulo de Yoshimi, la chef Miriam Moriyama, sushiwoman pionera en Latinoamérica y quien estuvo al frente del restaurante Shiso, en Río de Janeiro, Brasil, reconocido por la Guía Michelin, nacida en Argentina y de padres japoneses, se incorpora para celebrar y conservar la autenticidad que ha posicionado a este restaurante como un referente gastronómico entre la comunidad japonesa y los sibaritas que se congregan en torno a su mesa. A lo largo de la trayectoria de Moriyama, destaca su entrenamiento en Tomaya y Tokio y múltiples galardones y reconocimientos. En el menú, cobran protagonismo los emblemas de la tradición culinaria nipona. La amplia carta se divide en dos secciones: la primera incorpora los clásicos fundacionales como el akami tataki, la sopa misoshiru, la tempura de verduras, los arroces, los fideos y las especialidades más excepcionales, entre las que sobresale el shabu shabu con wagyu. La segunda, dedicada a la barra, comprende nigiris, makis y sashimis que se preparan siguiendo los procesos ancestrales.

Nigiris y makis
Fotografía / Photography: Cortesía de Hyatt Regency Mexico City

La cava de Yoshimi destaca por su curaduría de sakes, whiskies, ginebras y cervezas japonesas cuidadosamente seleccionadas para maridar perfectamente con los platillos. Por su parte, en la antesala de la sobremesa, las diferentes opciones de postres aúnan oriente y occidente al entrelazar los sabores y las tradiciones, como en el kuzu kiri, una gelatina de raíz servida con jarabe de piloncillo, a la vez que mantienen los clásicos, como la tempura helada de vainilla.

Interior del restaurante / Restaurant interior
Fotografía / Photography: Cortesía de Hyatt Regency Mexico City