El lugar donde la gente se encuentra

Iztapalapa en su origen náhuatl era el lugar donde el agua y la piedra – la tierra y las chinampas se atravesaban, se encontraban. Hoy la condición geográfica y social del lugar son distintas: es un suelo urbano desarrollado, denso, popular y con importantes oportunidades para mejorar la calidad de vida y el desarrollo personal de quienes habitan el territorio. Iztapalapa cuenta con uno de los menores índices de espacio público per cápita: 1m² por persona; muy lejano a los 15m² que recomienda la OMS.

La acertada decisión de introducir en esta comunidad un espacio como el Papalote Museo del Niño da la oportunidad para reinterpretar la historia del sitio y aportar un lugar para el encuentro de las personas, que promueva historias de seducción y fascinación entre sus habitantes, sus intercambios y sus realidades.

La propuesta que se presenta explota la capacidad conectiva del sitio para ceder el nivel de acceso al espacio público de la zona, el cual regirá y determinará la manera de entablar diálogos con el contexto y condiciona la relación del museo con su sitio formalmente consigo mismo. La pieza arquitectónica se eleva, para que sirva como escenario urbano, integrando los servicios públicos del museo a la plaza para hacer más evidente su uso y apropiación.

Plan maestro
Plano: PRÁCTICA ARQUITECTURA

“Al centro del volumen principal hay un jardín: un paraíso contemplativo que acompaña a los usuarios durante su recorrido a través del Museo.”

PROSPECTIVA

La estructura es geométrica, clara y ordenada. Permite una máxima flexibilidad en el uso del volumen. El objeto arquitectónico sigue formas primarias básicas que se relacionan con juguetes y artesanías de la tradición mexicana. El objetivo es que su claridad formal permita que los niños identifiquen y entiendan el espacio de manera más acotada, didáctica y divertida. Las formas siguen a la función y al programa. Se ha buscado que la arquitectura del Museo sea legible y reconocible en su uso a través de sus formas. Dentro de un esquema geométrico y universal, las rupturas, secuencias y accidentes formales son producto de un evento programático específico, y es posible leer estos sucesos por su desarrollo formal en la propuesta.

Proceso de diseño
Boceto: PRÁCTICA ARQUITECTURA

Los servicios y circulaciones principales se concentran en una torre exenta al volumen primario del Museo. De manera voluntaria la propuesta plantea a los usuarios del museo a hacer un recorrido que les exponga en distintas escalas al jardín, al objeto arquitectónico y a la ciudad. El recorrido es una mezcla de estos tres componentes y recuerda al usuario cada una de estas partes en la medida en que la estructura se visita. Se inicia viendo primero a la ciudad. La rampa se desplanta y llega al vestíbulo exterior donde espera al usuario un jardín: el espacio más importante de la propuesta, que acompaña los recorridos entre las salas museográficas y el programa educativo. Para pasar de una sala a la otra es necesario salir y encontrarse con las copas de los árboles y con el clima que en ese momento ocurra.

Sala en el museo
Ilustración: PRÁCTICA ARQUITECTURA

Para salir del museo, se cambia del ambiente encerrado y  controlado de las salas al espacio contenido del patio ajardinado para que posteriormente desde la torre el visitante sea paseado por las vistas a la ciudad, convirtiendo al museo también en una ventana urbana.

Contemplando la naturaleza
Ilustración: PRÁCTICA ARQUITECTURA

En su interior el volumen principal es transparente para que todas las salas de exhibición reciban luz natural a través del patio y que se mantenga la relación con el jardín, excepto en programas específicos como la Sala IMAX que requiere ser obscurecida. En todos los casos se buscaría que la estructura y las instalaciones fueran aparentes y legibles, y que fuera posible utilizar el edificio como pieza educativa para los niños.

Patio ajardinado
Ilustración: PRÁCTICA ARQUITECTURA