Arena, componente flexible (y unificador) en el proyecto de paisaje

En el artículo Arena, componente flexible (y unificador) en el proyecto de paisaje, Pamela López resalta la arena como un elemento esencial y dinámico en el diseño de paisaje, capaz de conectar ecosistemas, filtrar agua y crear espacios vivos y cambiantes.

Debajo de los pies y las patas de ciempiés está una capa fina compuesta de sílice, minerales de rocas descompuestas, y granos de múltiples tamaños formando lo que a la mayoría nos gusta más del paisaje pero no lo sabemos, damos omisión de este componente flexible, tan cambiante incluso superando a las temporadas húmedas o secas de nuestra ciudad, sendero, parque o chinampa favorita (¿ustedes tienen una chinampa favorita?…Deberíamos). Estamos invocando a esta conversación al ingrediente poroso pero compacto de diversas propuestas de diseño a nivel de paisaje: la arena. 

Tiene entre las funciones principales: filtrar, limpiar, separar, juntar, nutrir, dibujar, amortiguar, recibir y propiciar escenarios de imaginación y construcción con las manos y a veces con los pies; es partícipe en las fiestas de cumpleaños al exterior y de las innovadoras respuestas ante el diseño sensible al agua.

Ejercitándose en área arenosa / Exercising in a sandy area
Fotografía / Photography: Ies Poeta vía Flickr

¿Se han fijado en las características principales de los proyectos que proponen integrar este ingrediente? Disimulan su presencia ante las rocas o los pavimentos permeables vaciando su separatista integridad en la partitura de lo seco, pero cuando llegan las primeras gotas de lluvia o de riego se amalgama y se convierte en una superficie dura. ¡Qué prodigioso elemento es la arena! Los proyectos que pueden ver ese talento en sus posibilidades quizás se vuelven proyectos versátiles con consecuencias. Y ese es el paisaje que queremos siempre evocar, el que es salvaje, es irreverente, es cambiante. O eso me dicen los poemas de Rupi Kaur.

Si viene a soplar el viento, la arena responde. Si los rayos del Sol aparecen, ella no se quema. Si hay hormigas trazando rutas, ella es gentil y permite su estadía. Si viene un huracán a la costa, ella dice ¡Alto! 

Vista desde la costa hacia la duna / View from the sea to the dune
Fotografía / Photography: Flickr

Y vale la pena recordar que la arena tiene orígenes claros pero destinos inciertos, es importante que reconozcamos cuando estamos alterando un lugar por poner lindo otro. El diseño de paisaje, que como arquitectura se presenta, ya no puede permitirse caer en convencionalismos de una sociedad el espectáculo ajena a la complejidad que le mantiene.

La arena, es capaz de poner en evidencia transiciones en el paisaje como en los especiales cambios topográficos de terreno porque está viva y en esa vivacidad también nos orilla (como en la playa) a darle atención constante. 

La arena es capaz de poner en evidencia transiciones en el paisaje…porque está viva.

Duna / Dune
Fotografía / Photography: Sebastián Pereira Nunes vía Flickr

En los jardines japoneses o karensansui, por ejemplo, la corporalidad propia de quién les visita se modifica por la carga simbólica de la mezcla con rocas, gravas y arena conforman en un paisaje casi homogéneo, pausado, lento, pesado, y a su vez, infinito, seco, brillante, ondulante. Ser el mar en la inmensidad y también en la profundidad. Su estructura da la bienvenida a la reflexión tanto de los reflejos como cuando hay agua por largos minutos acumulada entre sus poros compactados aún estirándose para dejarla pasar e infiltrarse nuevamente al suelo o al cielo. 

En los jardines xerófilos, damos cuenta de su valor como superficie y como apoyo a la necesidad de la vegetación por sentirse a momentos suelta (por la aireación) y en otros apretada (por la compactación a la estructura radicular en los vegetales). Es partícipe de almacenar también esa poca agua que viene de repente (vaya que un jardín como este sí es muy de los “quizás”) y rescatar los nutrientes, mezclarlos entre ellos mismos y prepararse para la etapa de floración y/o fruto o de cambio de color en las hojas. La arena hace que estos jardines se alejen del exceso de humedad, colocan su granulosa composición como sábana para hacer de las semillas, brotes y plántulas. 

Paisaje de arena / Sandscape
Fotografía / Photography: Werner Bohem vía Flickr

Sin olvidarnos de los jardines de lluvia o jardines infiltrantes, podemos decir que sin duda son esas estrellas en el diseño de infraestructura verde y azul como mejoramiento urbano actual con miras hacía la sensibilidad de los procesos hídricos, sobre todo en ciudades lago como la CDMX. Aquí nuestra protagonista (la arena) hace de compuerta y a modo de ingeniería compleja, logra ser fundamental para evitar encharcamientos, filtra los contaminantes y si se lleva bien con la pendiente hasta puede dirigir y cambiar la velocidad de las escorrentías para evitar una erosión del suelo o un desborde no calculado. 

Si, ya sé, me dirán que la arena es propensa a levantarse y volar cuando se seca, que puede guardar plagas de insectos o llamar la atención de felinos; suena a una clásica enemiga pública, pero por sorpresa de ustedes, cuando la incluyan en sus diseños serán testigos de una asociación especial. Plantas nativas de carácter vagabundo y jardines del silencio aparecerán, colores y polarizadores se mostrarán, mosquitos le temerán, suelo vivo y sonriente tendrán. La arena es beneficio inmediato porque la arena lo junta todo. 

Arena y vegetación de fondo / Sand and vegetation in the background
Fotografía / Photography: Héctor Riquelme vía Flickr