Dioses y maios

Manuel Ángel Bugallo Otero y Cristina Villaverde Ruibal nos relatan en “Dioses y maios” sobre un lugar con mucha historia en la sierra del Cando que cuenta con una serie de intervenciones escultóricas.


Laxedo, situado a los pies de la sierra del Cando, no es simplemente un espacio geográfico. Nos encontramos ante un lugar que narra su historia a golpe de cincel y martillo. Don Manuel Barreiro Cabanelas, uno de sus vecinos más ilustres, promovió a comienzos del siglo XX una serie de intervenciones escultóricas de la mano de su primo Alejandro Cabanelas Araujo que cambiarían de por vida la percepción de este núcleo rural. Hablaremos de una de estas intervenciones y su vinculación al territorio.

Elementos escultóricos que conforman el grupo de «Dioses y maios» Deméter, Hermes, Pandereteira y Gaiteiro
Fotografía: Los autores

En la avenida Manuel Barreiro Cabanelas existen una serie de esculturas situadas en los hastiales de diversos tejados que representan figuras claramente reconocibles como son: Hermes, Deméter, una pandereteira y un gaiteiro, acompañadas por una escultura del conde que preside la plaza central. ¿Qué función cumple su ubicación? ¿Existe alguna relación entre las esculturas? A través de un profundo análisis paisajístico y escultórico establecemos la hipótesis de su posible vinculación con el ciclo de las estaciones.

La primera relación que encontramos se establece entre las divinidades, a través del mito del Rapto de Perséfone. Este cuenta cómo la única hija de Deméter y Zeus se encontraba recogiendo flores inocentemente cuando, de forma repentina, emergió de una grieta en el suelo Hades, dios del Inframundo, y raptó a la joven. Ante el rapto de su hija, Deméter quedó tan triste que abandonó la protección de la Tierra, lo que provocó sequía y hambruna en todo el mundo. Zeus, ante tal situación, envió a su rescate a Hermes, quien obligó a Hades a devolverla.

Escultura del conde Cabanelas que preside la plaza principal del núcleo Fotografía: Los autores / By the authors

La única condición que estableció para su liberación fue que no probase bocado a su regreso, pero el dios del Inframundo la engañó para que comiese semillas de granada, que la obligarían a volver a su lado durante gran parte del año. Por esta razón, la tierra permanece estéril durante la ausencia de la joven y despierta a su regreso, con la llegada de la primavera. Esta sucesión de estancias se corresponde con el ritmo de las estaciones y el renacer de la vegetación. ¿Qué conexión pudo establecer el escultor entre ambas divinidades con dos personajes tan simbólicos como la pandereteira y el gaiteiro del rural gallego, que vincule la agricultura o el campo con la tradición y la música? La respuesta es el «Ciclo de mayo».

Situación del conjunto “Dioses y maios” Fotografía: Imagen de los autores trabajada sobre ortofoto de DigitalGlobe (GoogleEarth) 2019.

En Galicia, el denominado Ciclo de maio recoge una serie de manifestaciones encaminadas a celebrar mediante cantos, representaciones o bailes alrededor de los maios —estructuras vegetales tradicionalmente inspiradas en figuras de árboles— el final de invierno, festejar la aparición de los primeros frutos y conseguir una abundante cosecha. Abarca un período de tiempo comprendido entre mediados de abril y mediados de mayo. La festividad presenta una fuerte relación con la pandereteira y el gaiteiro, al ser estos dos de los personajes festivos y musicales más emblemáticos del imaginario gallego.

Por último, pero no menos importante, se encuentra la figura de Manuel Barreiro Cabanelas colocada sobre un gran pedestal. Al parecer, cada vez que venía de Río de Janeiro y su agenda se lo permitía, dedicaba un tiempo a las tareas de labranza, sin olvidar nunca su humilde origen. Este hecho fue plasmado a la perfección por Alejandro Cabanelas en la talla y los elementos simbólicos que acompañan a la figura, como son el sacho o azadón y el excremento de animal.

Todo el conjunto escultórico presenta una escena en perfecta armonía, está orientado hacia el naciente lugar del núcleo rico en el aprovechamiento de cereales —principalmente el maíz desde su introducción desde América— y establece una clara vinculación con el astro rey y el ciclo de las estaciones.

Detalle de un maio elaborado en la ciudad gallega de Ourense Fotografía: Cedida por Galician Garden