El Paisaje Iluminado

Existe un romance eterno entre la luz y el color que baña los paisajes, donde los vacíosy volúmenes juegan con la magia de los rayos de luz que inciden en las superficies y explotan en colores y texturas que dan vida al espacio.

El creciente desarrollo del mundo de la iluminación, tanto en sus posibilidades técnicas como de diseño, ha consolidado esta especialidad en una materia específica de estudio e investigación. 

Fotografía: Will Turner on Unsplash

La luz es un elemento fundamental de la vida del hombre y del paisaje que lo rodea: marca los ciclos temporales, permite el desarrollo de los procesos vitales de los seres vivos y nos invita a apreciar con claridad los detalles de nuestro entorno.

Este elemento cambiante y continuo (la luz del sol cuando es de día y la de la luna cuando es de noche) ha puesto de manifiesto la relevancia de utilizar la iluminación artificial para lograr enfatizar la vocación de un paisaje y de reafirmar su sentido durante la noche.

Las capacidades alcanzadas hoy por la luminotecnia 1 han hecho del diseño de iluminación un ejercicio determinante en la percepción de los espacios y las formas, poniendo en valor el paisaje (especialmente durante al anochecer).

Así, el manejo de la luz se ha transformado en un complemento integral del paisajismo que nos permite percibir la naturaleza cuando aparentemente duerme, generando distintas lecturas a los paisajes que observamos.

Las profundidades del mar o los bosques muy densos por ejemplo, fueron imposibles de ver por el ojo humano hasta épocas recientes, y han podido ser “descubiertas” y estudiadas gracias a las nuevas técnicas de iluminación.

Fotografía: Tommi Saltiola on Unsplash

La luz puede dar forma al espacio y hacer que éste se perciba de distintas maneras. Puede dar profundidades o generar límites, resaltar sus elementos más valiosos y permitirnos apreciar un espacio de manera armónica durante la noche. También puede poner de manifiesto la virtualidad del paisaje llegando a desdibujar la realidad, o incluso transformándose en mensaje a través de las imágenes iluminadas.

Sin duda el paisaje y su iluminación influyen en nuestro estado de ánimo. No nos evoca lo mismo un lago iluminado por la luna que por el sol de verano, ni una montaña bajo una ventisca de invierno que a plena luz del día. Por la noche, el efecto de iluminación permite acercar nuestra mirada a un mundo diferente, donde cada elemento del paisaje puede adquirir un aire de misterio, alegría, solemnidad, quietud o movilidad.

Fotografía: http://www.prweb.com/releases/2016/01/prweb13147015.htm

Así pues, para los paisajes siempre se debe encontrar la mejor luz, la más adecuada para retratar su esencia y personalidad; para transmitir su grandeza o sencillez, para destacar sus cualidades y resaltar sus características, para enamorar al viajero e incluso para convertirse en emblema o enviar un mensaje a la sociedad (como es el caso de los grandes rascacielos o elementos naturales que se iluminan con los colores de la bandera de múltiples países como muestra de solidaridad, felicitación o apoyo en distintas ciudades del mundo).

La confluencia entre la geografía, los fenómenos meteorológicos y la luz, son los elementos que se deben considerar para elaborar una imagen adecuada del paisaje, ya que de su coincidencia y armonía depende su correcta percepción.

Fotografía: Tony Webster on Unsplash

Así como los pintores más destacados han sabido “iluminar” las escenas de sus cuadros, los arquitectos de paisaje están cada vez más obligados a captar la esencia de la luz y de dotar a los paisajes de una iluminación que les permita vivir de noche y destacarse en la oscuridad.

En un mundo saturado de imágenes y movimiento, la plasticidad del paisaje es algo que debe conmover al que la observa, provocando sensaciones y emociones que trasciendan a una mera recreación descriptiva de un lugar más o menos bello.

Una iluminación utilizada adecuadamente puede y debe representar a una naturaleza con personalidad propia, convirtiendo al paisaje en un personaje capaz de contar su historia y de invitarnos a compartirla.

Campo de Luz por Bruce Munro en la edición Invierno 2008 del Proyecto Edén.
Fotografía: Zero1752 at English Wikipedia, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=56192979

La iluminación de paisajes debe recurrir a la luz para establecer los días y las horas en que mejor se leerán sus diseños, se resaltarán sus colores y se enfatizarán sus texturas.

Por lo tanto, el diseñador de iluminación de paisaje debe tener una forma de mirar y de sentir igual a la que demanda la naturaleza y la arquitectura: una mirada que descubra cada detalle del espacio a iluminar para resaltarlo, que permita observar el juego entre los volúmenes y las texturas que acarician las superficies.

Estudiar las circulaciones que se entrelazan y entender que la iluminación es “una” con el paisaje, que debe ayudar a percibir y vivir un espacio generando sensaciones que llenen los sentidos.

Fotografía: Luke Tanis on Unsplash

Podemos afirmar que mediante la incidencia de la luz, todos los paisajes (tanto naturales como urbanos) adquieren un sentido de vitalidad único y característico que está intrínsecamente ligado a su conexión con el sitio inmediato y con aquellos que lo viven y lo contemplan.

La posibilidad de resaltar esa vocación que tiene cada lugar para conmovernos y apropiarnos de ellos es lo que hace que esta relativamente nueva disciplina sea fundamental y deba ser valorada y aplicada como parte integral del diseño de paisajes.

Fotografía: Guillaume de Germain on Unsplash

Así, gracias a la luz, se pueden crear verdaderas obras de arte naturales que nos permiten apreciar los paisajes de una manera totalmente distinta. Las luces y las sombras, en su constante y perpetua lucha, develan la personalidad de los paisajes.

Sin alterarlos, debemos aprovechar las posibilidades que nos brinda la luminotecnia para hacerlos visibles de noche y poder apreciar esos espacios y sus mundos aparentemente dormidos.

LITERATURA CONSULTADA 

1    La luminotecnia es la ciencia que estudia las distintas formas de producción de luz, su control y aplicación; es el arte de la iluminación con luz artificial para fines específicos.