CHARLES MONTGOMERY: Happy City

Fundada por el escritor y urbanista canadiense Charles Montgomery, Happy City es dos cosas: un libro que aborda la intersección entre la evidencia sobre la felicidad humana y el diseño deciudades, y por otro lado, es una consultoría cuyo equipo cuenta con miembros en Canadá, Reino Unido y ahora también en México, que ayuda a los diseñadores, a los desarrolladores y a los gobiernos de las ciudades a construir lugares más felices, más sanos, más resilientes y más inclusivos.

Portada del libro Happy City / Imagen: Happy City

¿Qué papel desempeña Happy City en la configuración del paisaje urbano?

Para ser sincero, nos ha sorprendido la demanda de este servicio. De repente, los constructores de ciudades de todo el mundo nos están pidiendo ayuda. Por ejemplo, un desarrollador estaba creando en la India una comunidad para 8,000 personas, con la intención de que sea la ciudad más feliz de dicho país, y la verdad es que sus diseños iniciales eran un desastre, entonces en ese caso ayudamos al arquitecto del proyecto a cambiar el diseño, especialmente el de espacios públicos, para hacerlos más acogedores, más amigables, más sociales, más inclusivos y más saludables para los niños, y que todos juntos formen una máquina para el crecimiento de la felicidad.

Taller en Grandville Island / Fotografía: Happy City

Trabajamos en todas las escalas, por lo que a gran escala creamos un nuevo plan maestro para esta comunidad en Abu Dabi, mientras que en escalas más pequeñas creamos nuevos lineamientos de diseño para viviendas multifamiliares para impulsar el bienestar social.

Taller Dubai Inteligente / Fotografía: Happy City

Hemos encontrado que la evidencia y la metodología de Happy City se pueden aplicar tanto cuando se está diseñando un parque, una plaza, una calle, como diseñando una vivienda, un barrio, o inclusive una ciudad completa.

La metodología implica combinar dos fuerzas poderosas: una es exponer la evidencia que conecta el bienestar con el diseño, tanto a las partes interesadas como a los responsables de la toma de decisiones. La segunda fuerza es que estos procesos siempre comienzan, y siempre deben comenzar, en talleres de colaboración donde las partes interesadas locales y los que toman las decisiones acuerden qué es lo más importante para ellos. En esas reuniones ni siquiera hablamos sobre diseño, para empezar, hablamos sobre lo que más importa en la vida.

Principios de bienestar para guiar prácticas como «creadores de lugares» / Fuente: Happy City

Por ejemplo, en la Colonia Doctores de la Ciudad de México hicimos un taller de rediseño de vecindario feliz en el que, como usualmente hacemos, comenzamos hablando de los diversos elementos del bienestar humano y apenas empezábamos a hablar sobre seguridad cuando todos en la sala dijeron: “¡Alto! ¡Esto es todo de lo que queremos hablar!”. Y nosotros que somos canadienses pensamos: “¡Oh, sí! Les preocupan los secuestros, los tiroteos o los crímenes”. Pero no, resulta que estaban preocupados por el peligro que corren sus hijos al caminar por las calles todos los días con tanto vehículo. Entonces ese se volvió el enfoque del trabajo.

Creemos firmemente que si vives en un barrio o en una ciudad, entonces tú eres un experto en ese lugar, por lo que tanto tu opinión como tu experiencia deberían ser importantes para el diseño. Si bien contamos con un equipo interdisciplinario, a veces no usamos papel y lápiz para diseñar, debido a que en ocasiones nuestra participación se reduce a compartir evidencia a las partes interesadas locales, a los diseñadores y a quienes toman las decisiones, guiándoles a un enfoque que les ayude a decidir qué es lo más importante.

Encuesta en colonia Doctores / Fotografía: Happy City

Intervención táctica para potencializar bienestar en el malecón / Fotografía: Happy City

¿Cuál es la relación entre el diseño del espacio público y las ciudades felices?

En la investigación nos hemos dado cuenta de que el factor más importante que contribuye a la felicidad humana es la relación social positiva y de confianza. Nada importa más. Entonces, cuando diseñamos espacios públicos, es crucial que entendamos que el espacio público es un motor que puede establecer o romper relaciones sociales. Pueden unir a las personas en convivencia o pueden separarlas.

Te daré un ejemplo, en Vancouver, donde vivo, la ciudad se había dedicado al trabajo de placemaking, en otras palabras, a tomar espacios socialmente ineficientes o espacios para automóviles y convertirlos en espacios para las personas. Llevamos a cabo un estudio para comprender el efecto que esos cambios tendrían en las personas. Estudiamos los efectos neurológicos mediante el uso de monitores de conductancia de la piel para medir su nivel de excitación, y también encuestamos a personas en recorridos por su vecindario. ¡Lo que encontramos fue asombroso! En Vancouver generalmente utilizamos callejones para el almacenamiento de basura o estacionamiento de automóviles, pero la ciudad transformó uno de estos callejones añadiendo árboles frutales y huertos, es decir, jardines comunitarios.

Callejón verde en Mole Hill Community Housing Society (izquierda) vs callejón común, uno de varios en West End (derecha) / Fotografía: Happy City

Descubrimos que las personas, participantes en nuestros recorridos se sentían más seguras, más felices y desarrollaron un sentido de pertenencia hacia el callejón verde. En otras palabras, les importaba más ese lugar que el callejón común, pero sobre todo, sentían una mayor confianza por completos extraños cuando estaban en ese callejón que cuando estaban en el callejón común. Entonces la ciudad, al incluir la naturaleza en el espacio público, cambió la psicología de ese espacio, pero también cambió la actitud de la gente hacia los extraños. 

Esto es de gran relevancia en Vancouver, donde la ciudad enfrenta una crisis de desconexión social. Nos hemos dado cuenta de que podemos cambiar el espacio público, creando un sentido de comunidad compartida.

Jardines comunitarios / Fotografía: Happy City

Auditoría colonia Doctores / Fotografía: Happy City

Intersección arcoíris entre Calle Davie y Calle Bute (izquierda) vs intersección estándar en Vancouver (derecha) / Fotografía: Happy City

En otras palabras, una experiencia muy buena o muy mala se encuentra en nuestra memoria, y esa memoria se desencadena por imágenes, sonidos, olores y experiencias. La implicancia para el diseño del espacio público es que cuanto más fomentamos los encuentros positivos de desarrollo de la confianza entre las personas, es más probable que vuelvan a ese espacio, que gasten dinero en ese espacio, así como que estén más abiertos a repetir experiencias en espacios de desarrollo de confianza.

Tenemos noticias de que podrías estar construyendo un equipo de Happy City en México. ¿Cuál sería el desafío de diseñar ciudades felices en nuestro país?

Cada lugar es único, pero México ha cometido los mismos errores que Estados Unidos, Canadá y otros países en los últimos 50 años. Los mexicanos han estado permitiendo que los ingenieros viales den más cariño, cuidado e interés al espacio del automóvil y al estacionamiento de automóviles que a los humanos y la experiencia humana. Creo que el desafío en México es que los mexicanos necesitan redescubrir las lecciones de su pasado transitable. Por ejemplo, cuando se trata de vacaciones, muchos mexicanos se dirigen directamente a un Pueblo Mágico para caminar, comer y pasar tiempo con otros. En esos pueblos se descubre lo que deleita a las personas, lo que los atrae y lo que los  une con un significado; son lugares con una escala humana, que son transitables, únicos y, sobre todo, son verdaderamente públicos. Para mí, ese último punto es el más importante. Los mexicanos ricos han creado cada vez más espacios que los aíslan de los pobres. Es como si tuvieran miedo de los pobres. Pero en nuestra investigación descubrimos que los espacios verdaderamente públicos donde todos son bienvenidos y todos se mezclan son en realidad más seguros y más llenos de riquezas y delicias. No sólo construyen experiencias maravillosas, también crean un sentimiento democrático.

Fotografía: Happy City

Artículo completo en nuestra edición 03 versión impresa.